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Ernesto Macías, ¿el senador intocable?

El sábado finalizó el periodo de Ernesto Macías como presidente del Senado. Desde su llegada, la polémica fue más protagonista que su gestión.

El sábado finalizó el periodo de Ernesto Macías como presidente del Senado. Desde su llegada, la polémica fue más protagonista que su gestión frente a la corporación. Una pelea interna marcó cómo llegó al alto cargo, pues una división al interior del Centro Democrático, que dejó viendo un chispero a Paola Holguín, terminó dándolo como candidato y ganador. Al interior de la colectividad, los que se hacían llamar ‘zuluaguistas’ y opositores de Iván Duque, recién posesionado, no vieron con buenos ojos que fuera Macías el elegido.

Tras su llegada, muchos conocieron su talante con el discurso que encendió la posesión presidencial, en el que contrario a lo que dijo el recién elegido mandatario, Macías destacó el papel de Juan Manuel Santos como el de destructor del país y minó los acuerdos de paz con el Eln y con la exguerrilla de las Farc. Para muchos, terminó siendo relegado Duque y su discurso, por uno más radical.

Otra polémica llegó de la mano con el debate de moción de censura que la oposición quería hacerle al ministro Alberto Carrasquilla por los ‘bonos de agua’. El presidente, que debía darle agenda al debate, decidió que no lo haría, pues no consideraba que se le pudiera hacer control político por negocios del pasado y así ‘torció’ el reglamento y el senador Jorge Enrique Robledo no pudo realizar la moción, al perder en la votación de la mesa directiva del Senado.

De esta manera, sus opositores iniciaron una cruzada para que se entendiera que Macías no garantizaba los derechos de las minorías y pidieron una investigación de la Procuraduría. Pero esto nunca pasó.

Uno de los puntos más problemáticos de su año de presidencia fue la posesión de la senadora Soledad Tamayo. Luego de que se conociera que Aída Merlano era culpable y que el proceso en su contra le quitaría la curul en el Senado, el presidente decidió que, en vez de aplicar la silla vacía, que es lo que se usa en estos casos, le daría la curul a la persona que le siguiera en la lista de los conservadores.

Así, senadores como Angélica Lozano señalaron a Ernesto Macías por prevaricato, pero la Procuraduría no abrió ninguna investigación al respecto.

Las dos perlas finales son las ya conocidas. El viernes, un día antes de que terminara su gestión, Macías decidió pasar por encima de la ley e instalar en el Senado una placa para el expresidente Álvaro Uribe, a pesar de que está prohibido por el artículo primero del decreto 1678 de 1958. Sin embargo, nadie ha iniciado una investigación formal por el hecho o ha pedido retirar el monumento hecho al senador.

La última polémica, pero no por eso menos importante o sonora, fue ‘la jugadita’. El sábado, en plena instalación de las sesiones ordinarias del Congreso, el saliente presidente quiso sacar a Duque del recinto para ‘sabotear’ a la oposición y su réplica al discurso del primer mandatario. Macías quería que se disipara el orden, para que la réplica no fuera escuchada. Por esto sí será investigado por la Procuraduría.

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