Más de 8 millones de personas viven en las 20 localidades de Bogotá. Otros 2 millones de personas viven en los municipios aledaños como Soacha, Mosquera, Funza y Chía. El área metropolitana de la ciudad crece de manera cada vez más acelerada. Y este incremento ha hecho que los bogotanos se encuentren con cada vez más dificultad para pagar las casas donde viven.
Este es el resultado final de un estudio de la Veeduría Distrital. La conclusión es clara: los habitantes de Bogotá de escasos recursos están siendo expulsados de la ciudad por la falta de viviendas asequibles. La adquisición de viviendas de interés prioritario (VIP) o de interés social (VIS) es cada vez más difícil en la ciudad.
Según el estudio de la Veeduría Distrital, un apartamento de 90 metros cuadrados en un barrio de condiciones económicas media-altas cuesta casi 19 años de ingreso asequible para los bogotanos. La asequibilidad se destina analizando los ingresos promedio de los habitantes, y tomando el 30% para pagar su vivienda. La Veeduría describió UPZ como Ciudad Salitre, Chicó – El Refugio y Country Club como zonas en las que se pueden encontrar estos hogares.
Este es un resultado altísimo con ciudades como Nueva York, Buenos Aires y Miami. De hecho, solo es superado en el continente americano por dos ciudades: Río de Janeiro y Medellín. Aunque estos estudios aplican a nivel internacional, la entidad tomó las 197 UPZ de Bogotá para hacer el mismo análisis dependiendo por estratos socioeconómicos.
¿Una ciudad sin hogares VIS?
Aunque Bogotá ha tenido un aumento en la construcción de viviendas en los últimos tres años, este no se ha representado en la disponibilidad de VIS y VIP. Y preocupa, según el análisis de la entidad, que los sectores periféricos son los más afectados.
Así, por ejemplo, los habitantes que pueden pagar un apartamento en la UPZ de Chicó – Refugio podrían pagar en 6,7 años su vivienda si dedicaran el 30% de sus ingresos anuales promedio en créditos de vivienda. Pero en localidades como Bosa y Kennedy, este tiempo aumenta mucho más.
Esto indica, por un lado, la dificultad de estas personas para encontrar viviendas accesibles. En Bogotá se ha presentado un incremento de 134.000 hogares en estratos socioeconómicos 1 y 2 entre 2010 y 2018. Esto incluye a sectores vulnerables como la migración venezolana y el desplazamiento. Pero, según la Secretaría de Hábitat, en 2018 sólo se construyeron 12.597 viviendas VIS o VIP.
Por otro lado, el alto costo se suma a restricciones financieras que dificultan el acceso a créditos y subsidios. Entidades como el Ministerio de Vivienda y la Secretaría de Hábitat, con los programas Mi Casa Ya, han buscado aumentar la accesibilidad de recursos. Pero la falta de oferta y el desconocimiento de estos subsidios ha hecho que se pierdan recursos.
Mi Casa Ya, según la entidad, combina recursos del Distrito y la Nación para otorgar subsidios hasta de 40 salarios mínimos (unos 33 millones de pesos) a quienes tengan ingresos inferiores a 4 salarios mínimos mensuales. (3.3 millones de pesos) y no tengan ninguna propiedad. Al 21 de junio, quedaban más de 1800 subsidios para ser otorgados a los interesados.
La Secretaría asegura que uno de los principales problemas está en la habilitación de suelo. Proyectos como Lagos de Torca en el extremo norte, Lagos de Tunjuelo en Ciudad Bolívar, Ciudad Río y el plan Tres Quebradas serían cruciales. “Estos proyectos permitirán la construcción de cerca de 250 mil viviendas dentro del Distrito Capital”, dijo a PUBLIMETRO el secretario Guillermo Herrera.
Aún así, estos proyectos contarían con los mismos frenos actuales de financiación y subsidios. Los recursos de Mi Casa Ya se otorgan únicamente a través de las entidades financieras y el Fondo Nacional del Ahorro. La inclusión financiera es otro escollo que los bogotanos de bajos recursos deben enfrentar para aspirar a ser propietarios.