Un preocupante artículo ha publicado este sábado el diario The New York Times asegurando que el comandante del ejército de Colombia ha ordenado a sus tropas que “dupliquen la cantidad de criminales y rebeldes que matan, capturan u obligan a rendirse en batalla; y posiblemente acepte un aumento de las bajas civiles en el proceso, según consta en órdenes escritas y entrevistas con altos oficiales”.
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Esta directriz se da porque se han visto frustrados sus esfuerzos de mostrar resultados a sus superiores.
El diario informó de una reunión ocurrida a principios de este año, entre altos mandos militares, en la que firmaron “un compromiso por escrito para intensificar los ataques”.
Afirmaron que este año “los comandantes son amonestados cuando no realizan operaciones con la frecuencia suficiente”.
Entre las órdenes más preocupantes que han recibido los uniformados es que no les “exigen perfección” al momento de llevar a cabo sus operaciones lo que implica que “reduzcan sus normas para proteger a civiles inocentes de ser asesinados, y que ya ha ocasionado muertes sospechosas o innecesarias”, expuso el diario.
Las pruebas que mostró el medio de comunicación en su artículo fueron varias “órdenes revisadas por The New York Times y tres oficiales de alto rango que hablaron sobre esas medidas” y han creado “inconformidad” por parte del cuerpo militar.
Estas revelaciones fueron entregadas al diario tras largas entrevistas con varios militares en las que revelaron casos como este: “Un general ordenó a los comandantes “hacer lo que sea” para mejorar sus resultados, incluso si eso significaba “aliarse” con grupos criminales armados para obtener información sobre objetivos, una estrategia de dividir y conquistar”.
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Además confesaron que entre las ventajas que entregan si “aumentan sus muertes en combate se les ofrecen incentivos como vacaciones extra”.
“Hemos regresado a lo que estábamos haciendo antes”, dijo uno de los oficiales.
El artículo habla directamente del “mayor general Nicacio Martínez Espinel, comandante del ejército de Colombia, reconoció haber emitido las nuevas órdenes y exigir que los oficiales establezcan objetivos concretos para matar, capturar o forzar la rendición de los grupos criminales y rebeldes”.
El general manifestó que la orden era “doblar los resultados”, pero también “cuestionó cómo los oficiales habían interpretado sus instrucciones”.
El periódico hace un amplio recorrido por los aberrantes casos de «falsos positivos» ocurridos en la década del 2000 en el país, relacionándolos con estas nuevas órdenes.
Martínez dijo que protege “el respeto absoluto a los derechos humanos es lo más importante”, señaló. “Todo lo que hagamos tiene que estar en el marco de la ley”.
Pero en otra orden mandó a “lanzar operaciones con un 60-70 por ciento de credibilidad y exactitud”, pese a que según los oficiales consultados por el New York Times, el tope antes era de alrededor del 85 %.
El artículo describe las presiones que se han dado por parte del gobierno de Donald Trump, sobre los resultados en las acciones contra el narcotráfico en Colombia. Debido a estas amenazas The New York Times asegura que el presidente Duque necesita “mostrar resultados” para responder a la Casa Blanca.
En la reunión convocada por los oficiales cerca Bogotá este año “algunos de los comandantes parecían confundidos, hasta que recibieron la instrucción de duplicar su número este año, dijeron los oficiales. Poco después, recibieron la misma orden del general Martínez por escrito”.
“La meta es doblar los resultados operacionales en todos los niveles del mando”, dicen las órdenes, que tienen su firma”.
Detallaron como el pasado 19 de febrero surgió un nuevo documento titulado ‘Cincuenta Órdenes de Comando’. Una instrucción exigía “operaciones oportunas y masivas” contra el enemigo.
Los oficiales afirman que, poco después, comenzaron a identificar asesinatos sospechosos o arrestos.
Entre los casos que narra el diario está asesinato de Dimar Torres “un excombatiente que había dejado las armas bajo el acuerdo de paz, fue encontrado en las afueras de un pueblo cerca de la frontera con Venezuela. Un video tomado con un teléfono celular por los vecinos muestra el cuerpo de Torres con un disparo en la cabeza. Se puede escuchar a los campesinos gritando contra el ejército, acusando a los militares de actuar en nombre de grupos paramilitares”.
El diario concluye citando a los oficiales y hace énfasis en que “las instrucciones eran claras: aumentar las muertes, capturas y rendiciones”.