Los restos mortales del expresidente conservador colombiano Belisario Betancur (1982-1986), fallecido ayer en Bogotá a los 95 años, son velados hoy en la Academia Colombiana de la Lengua, de la que era académico honorario.
El féretro del expresidente fue llevado en la mañana de este sábado a la Academia de la Lengua, ubicada a poca distancia de la Plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá, donde le rinden honores personalidades del mundo de la política y la cultura nacional.
Betancur, nacido el 4 de febrero de 1923 en Amagá, municipio minero del departamento de Antioquia (noroeste), dedicó su vida al servicio público y a la cultura, esta última su gran pasión que ejerció como poeta, historiador y periodista.
Precisamente una de las primeras coronas fúnebres en llegar hoy a la Academia Colombiana de la Lengua fue enviada por la Fundación Santillana, de la cual fue presidente por más de veinte años.
Además de académico honorario de la lengua, Betancur era miembro del Consejo Directivo del Instituto Caro y Cuervo, institución pública dedicada a la lingüística, la filología, la literatura, las humanidades y la historia colombiana.
La exequias del exmandatario se realizarán este domingo en la capilla de los Santos Apóstoles del Gimnasio Moderno y luego sus restos serán llevados al cementerio Jardines del Recuerdo, en el norte de Bogotá, informó el Partido Conservador, en el que militó toda su vida.
Se espera que el presidente colombiano, Iván Duque, asista a los funerales de Betancur al que su partido recuerda hoy como «escritor, poeta, intelectual, humanista y filántropo».
La última visita que hizo Betancur a la Academia Colombiana de la Lengua fue hace menos de un mes, el pasado 13 de noviembre, con motivo de la visita del director de la Real Academia Española, Darío Villanueva.
El fallecimiento de Betancur ha sido ampliamente lamentado en el país porque fue el primer presidente que intentó un acuerdo de paz con los grupos guerrilleros colombianos y porque a diferencia de lo que suele suceder en el país, se retiró de la política al concluir su mandato para refugiarse en la literatura.
El gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez, decretó hoy tres días de duelo y ordenó izar a media asta las banderas de ese departamento, en el que nació el expresidente, que siempre destacó con orgullo su origen humilde como hijo de campesinos antioqueños.
A Betancur, que murió ayer en la Fundación Santa Fe de Bogotá, donde estaba ingresado por un problema renal, se le recuerda también por haber tenido que enfrentar en solo una semana las dos peores tragedias políticas y naturales de Colombia.
Una fue la toma del Palacio de Justicia en el corazón de Bogotá, el 6 y 7 de noviembre de 1985, por parte de un comando del grupo guerrillero M-19, lo que desencadenó una sangrienta operación de retoma por parte del Ejército con un saldo de cerca de un centenar de muertos, entre ellos once magistrados de la Corte Suprema, y once desaparecidos.
La otra fue el 13 de noviembre de 1985 cuando la erupción del volcán Nevado del Ruiz provocó una avalancha que borró del mapa la ciudad de Armero, en el departamento del Tolima (centro), donde se calcula que murieron sepultadas unas 25.000 personas.
