Cuando hablamos con Iván Duque en marzo de 2017, cuando aún caminaba la cuesta para lograr su candidatura a la Presidencia, resaltó que lo que más le interesaba era tener en los cargos de Gobierno a personas preparadas y alejar a los políticos tradicionales de partidos de estas dependencias. En pocas palabras, que no le ‘untaría mermelada al pan’.
Sus criterios eran claros en ese entonces: personas jóvenes, capacitadas, técnicas, impolutas y que brindaran garantías a todos los sectores políticos: “Quiero una nueva generación de líderes. Quiero personas que se alejen de la ‘mermelada’. Quiero técnicos y capacitados. Quiero un equipo que esté ahí por meritocracia y no por un pago de favores”, nos dijo Duque en marzo de 2017.
Con el nombramiento de su gabinete, en el que se vieron varias caras nuevas, se empezó a confirmar que las intenciones de Duque sí eran las de dejar a personas que él consideraba capacitadas, pero varios nombres causaron dudas, como el del ministro de Defensa, Guillermo Botero, a quien no le vieron aptitudes para ser el encargado de la seguridad del país y a quien criticaron por su férrea defensa del ‘no’ en el proceso de paz.
“El vocero del ‘no’ a la paz, Guillermo Botero, es el nuevo ministro de la guerra en Colombia. Vamos muy bien, Iván Duque”, señaló la representante Ángela María Robledo en julio de este año.
También pusieron en duda al ministro de Hacienda, a quien el senador Jorge Enrique Robledo ha catalogado como “pícaro” y contra el que ya adelanta una moción de censura: “El primer error de Duque es nombrar al creador de los ‘bonos de agua’ que empobrecieron a más de 100 municipios en el país. Nombrarlo como ministro es hacerle un favor a Uribe y dejar que se siga enriqueciendo con la pobreza de otros. Éticamente no es correcto”, señaló Robledo a PUBLIMETRO en julio.
Pero la polémica se ha centrado en los cargos que les siguen a los ministros, como superintendencias, embajadas y varios institutos, donde Duque ha demostrado que quiere a sus amigos cerca, muy cerca.
Sus opositores han recordado sus palabras y han asegurado que los nombramientos están muy lejos de lo técnico y mucho más cerca del pago de favores a quienes le ayudaron en campaña, así lo señaló el senador Gustavo Petro cuando se habló del nombramiento de Claudia Ortiz en la Agencia de Desarrollo Rural: “¿Por qué Duque pone a Claudia Ortiz en Desarrollo Rural? Porque es la representante ideológica de los terratenientes, aliados de Duque. Porque no les interesa, por tanto, el desarrollo moderno de la agricultura. Porque imponen el petróleo sobre el agua y la producción moderna de alimentos”, afirmó.
Pero no solo desde la oposición férrea se ha hablado de la preocupación que surge por cargos entregados sin requisitos. El senador Rodrigo Lara, de Cambio Radical, asegura que hay que quitarse los moralismos, pero reconocer que se tienen que cumplir requisitos.
“En lugar de caer en falsos moralismos debería existir una identificación clara de los cargos que son de representación política, que deben ser mínimos, y aquellos técnicos que no deben serlo. Me preocupa que se están nombrando personas sin cumplir los requisitos técnicos exigidos. Por ejemplo, lo ocurrido con una señora en la UNP y luego en la Agencia Rural, y observo que también se ha postulado un nombre para Colpensiones sin cumplir con los requisitos de ley”, señaló a PUBLIMETRO.
Pero ¿cuáles son los nombres que no le suenan a la oposición y que se han visto involucrados en escándalos para sus nombramientos? Le mostramos algunos que suenan y por qué estarían en tela de juicio.
Claudia Ortiz, directora de la Agencia de Desarrollo rural
La polémica por su nombramiento en la Unidad de Protección, puso los ojos de la opinión pública sobre ella. Ahora nuevamente es noticia porque le han adicionado experiencia a su hoja de vida con el fin de que encaje en la Agencia de Desarrollo Rural. Ortiz colaboró en la campaña de Duque, sin embargo, se conoce de su talante uribista y de extrema derecha, por lo que este aporte en una agencia de tal importancia marca un aliado para Duque.
Ubeimar Delgado, embajador en Suecia
¿Qué podría necesitar un embajador para ser embajador?
Hablar inglés, como mínimo. Pues Ubeimar Delgado, el exgobernador del Valle, decidió pagar 10 millones de pesos para aprender inglés porque no domina el idioma. Sin embargo, Duque y la Cancillería aseguran que le guardarán el puesto en tanto aprenda inglés. ¿Por qué tiene que ser Delgado y no otro?
Alejandro Ordóñez, embajador en la OEA
El exprocurador hizo una campaña presidencial que prácticamente le mató la vida política. Sus pocos votos, sin embargo, le sirvieron para que Duque lo tuviera en cuenta para ser embajador ante la Organización de Estados Americanos (OEA). Esta distinción le servirá a todas luces para fortalecer su proyecto ideológico y para ganarse unos buenos pesos en un cargo diplomático que podría conservar por cuatro años y que marcaría la agenda política de Colombia en América.
La cercanía de Ordóñez con el proyecto de Álvaro Uribe Vélez y su fuerte influencia le valieron el honor de representar al país en un organismo internacional que busca la protección de los derechos humanos, pero para muchos sectores alternativos es una decisión desacertada porque representa un sector conservador que no acepta posturas como la de apoyo al aborto, el matrimonio igualitario o la despenalización de los estupefacientes.
Jaime Amín, alto consejero político
El exsenador barranquillero se quemó en las pasadas elecciones al Congreso, pero su ‘quemada’ le salió perfecta porque fue nombrado muy cerca de su defendido en el Centro Democrático. Amín fue de los impulsores de la candidatura de Duque en el partido y es su amigo y colega. Uno de los más cercanos a un sector de derecha moderada, que se llevó el premio con la Consejería Política, que influye en las decisiones políticas del presidente.
Angelino Garzón, embajador Costa Rica
Como una voltereta, Garzón ahora milita en el uribismo y su apoyo en el Valle fue muy importante y su premio llegó con un cargo diplomático en el país de Centroamérica.
Angelino, quien fue vicepresidente de Santos, no fue muy allegado a Duque, pero sí a Uribe, y resulta paradójico que sea el único con carrera diplomática. Fue embajador ante las Naciones Unidas en Ginebra, pero su carrera consular es muy corta y esto es criticado.
Viviane Morales, embajadora en Francia
La abogada es la ahora consejera de Duque y de asuntos diplomáticos en Francia. Ese importante cargo lo logró, pese a que no tiene carrera diplomática, gracias al apoyo que le
manifestó a Duque en la segunda vuelta y que ayudó a filtrar los sectores cristianos, así como traer consigo a varios líderes liberales que se le unieron a la exfiscal luego de su renuncia al Partido Liberal. La líder cristiana se llevó una de las embajadas más codiciadas.
En este segmento también se puede incluir a Francisco Santos, que se llevó la embajada en Estados Unidos, pero en este caso queda por preguntar qué pasó con el proyecto político como alcalde de Bogotá. Al parecer, entregarle la embajada fue un no rotundo a sus aspiraciones políticas.
Gloria Isabel Ramírez, embajadora en Italia
La estratega de las comunicaciones de Duque en campaña se llevó el premio gordo como embajadora de Colombia en Italia. La que accedió a ser modelo de espectáculo de Duque, en una entrevista en la que le dio una voltereta, no tiene carrera diplomática, pero hoy está radicada en Roma. Solo se sabe que Ramírez es una gran amiga de Duque.
Juan Pablo Bieri, gerente de la Rtvc
En la última fase de su campaña a la Presidencia, Bieri fue el jefe de prensa de Duque, el que decidía a qué medios se les concedían entrevistas. Al periodista, este desinteresado apoyo le valió la gerencia del Sistema de Medios Públicos.