Mucho se esforzó Iván Duque por apartarse del Partido Liberal y por anunciar que no les iba a repartir mermelada. Que nada iba a impedir que cargos en Gobierno le fueran entregados a la colectividad.
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Tanto fue el descontento, que en las reuniones del presidente de la colectividad, César Gaviria, se le apostó a que se declararan independientes del Gobierno, pese a que lo apoyaron en segunda vuelta.
Pues no se sabía de puestos para esta colectividad y los murmullos indicaban que la idea era un Simón Gaviria ministro, pero esto no pasó.
Lo que sí pasó es que Ana Milena Muñoz de Gaviria, esposa del expresidente, fue nombrada como embajadora en Egipto. Uno de sus países favoritos del mundo.
En tanto carrusel de entrega de cargos diplomáticos a no-diplomáticos, la noticia ya no extraña. Lo que sí extraña es la reacción de César Gaviria en este caso.
Según CM&, el político se enojó porque no sabía de la decisión y del nombramiento ¿pero qué es esa relación con la esposa que no le cuenta que está en Egipto para ser embajadora del país al director de un partido político que toma decisiones en el Congreso?
Según el noticiero, a Gaviria no le gustó el nombramiento porque significaría un mal entendido en donde se le estaría dando un puesto a esta bancada, cuando esto no es así.
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“El nombramiento de doña Ana Milena Muñoz es una decisión tomada por el presidente Duque y el canciller, sin consulta alguna con el presidente Gaviria y al Partido Liberal”, señaló el Partido Liberal en un comunicado.
