Riohacha es la capital de La Guajira, y aun así algunas poblaciones tienen graves impedimentos para acceder al agua apta para el consumo, ya sea porque no hay ninguna fuente hídrica cerca o porque el poco líquido que se encuentra no es potable.
Esta era la realidad de la población de Cardonales, en Riohacha, donde la temperatura no baja de los 30 grados centígrados. Niños, mujeres y ancianos debían caminar una distancia de cinco kilómetros, varias veces al día, para ir en busca del preciado líquido. A veces también hacían el recorrido en burro en horas de la madrugada. Y a pesar de que, tras la travesía, los pobladores podían acceder a un pozo de agua, el líquido estaba contaminado con una fuerte concentración de metales pesados.
Además, el molino del cual se abastecían estaba en muy malas condiciones. Nunca se le habían hecho las limpiezas necesarias para que el agua estuviera en buenas condiciones.
Por fortuna esta situación ha quedado en el pasado, pues 1.500 personas del municipio tienen, desde principios de julio, la posibilidad de acceder a molinos, pozos, tanques, redes de distribución y sistemas de descontaminación de agua adecuados, gracias a la campaña ‘Cada Gota Cuenta’, de Agua Brisa.
El problema se solucionó con una mejora en el molino y en la forma en la que se recogía y se distribuía el agua y también se creó un sistema de filtración que separa los materiales pesados del vital líquido. Finalmente, se construyeron tuberías diferenciadas: una de agua potable, purificada para un consumo saludable y otra que permite recoger agua para labores domésticas o para ingesta de los animales.
Ahora el agua llega sin problema hasta la puerta de cada ranchería. Niños y adultos pueden invertir el tiempo que gastaban consiguiendo el agua en actividades educativas y culturales.
“La comunidad acogió muy bien el proyecto porque para ellos fue un avance muy grande, fue un aporte muy importante”, cuenta Melby García, coordinadora de Proyectos de la Fundación Azul Azul, organización a través de la cual Agua Brisa hizo contacto con la comunidad para llevar a cabo la iniciativa.
“Y es que también se dinamizó la economía. Ellos viven del comercio de las artesanías y cría de chivos, pero estos estaban en muy mal estado por no tener agua, con frecuencia se morían los animales. Hoy esto ha cambiado y los niños se pueden dedicar al estudio y los adultos en hacer sus artesanías de manera exitosa. El agua brinda valor económico y social”, dice García.
Para asegurarse de que el proyecto fuera bien acogido por la comunidad, y no visto como una intervención en su territorio, los líderes del proyecto se cercioraron de saber cuáles eran las necesidades que pedían las personas que habitaban este lugar y la capacidad que tenían de compenetrarse con la solución, también para asegurar su mantenimiento.
“Lo primero que se hizo fue estudiar documentos de política pública que nos permitieran entender cuáles eran las necesidades y en qué departamentos, para posteriormente ir a esos lugares y desarrollar unas convocatorias”, dice Juan Sebastián Estrada, gerente de asuntos públicos y comunicaciones de Coca Cola Company. Y es que no solo debía existir la necesidad, también debía haber una evidente capacidad de organización en la comunidad.
“Encontrar una fundación local como Azul Azul es muy importante porque son ellos quienes tienen un conocimiento previo de las comunidades Wayuú y la posibilidad de generar una conversación franca y abierta para entender cuáles eran sus necesidades. Adicionalmente, es una gran experiencia trabajar con mano de obra local y universidades locales”, dice Estrada.
El movimiento ‘Cada Gota Cuenta’ busca llevar un mejor acceso al agua a comunidades con problemas de suministro y calidad del líquido.
De hecho, en Panán, municipio de Cumbal, en el departamento de Nariño, también se construyó un sistema de tratamiento de aguas con impacto directo en la calidad de vida de unos 3.700 habitantes. La compañía espera construir en 2019 otras dos soluciones de este tipo en el país.
-Frase: “Un factor diferencial acá es que no estás imponiendo una solución, se entrega lo que ellos pidieron, y el mantenimiento recae en la misma comunidad”. Juan Sebastián Estrada.