Aunque Unimetro S.A. es el operador más pequeño del Sistema Integrado de Transporte Masivo de Cali (tiene un 18% de participación), su estructura accionaria es la más numerosa: a la fecha, 438 pequeños propietarios hacen parte del concesionario. Ellos, en su mayoría, son antiguos dueños de buses tradicionales que entregaron sus bienes para darle paso hace más de 10 años al MIO, un modelo de negocio que no alcanzó la autosostenibilidad.
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Hoy, con un patrimonio negativo cercano a los $72 mil millones, esta empresa espera que el Plan de Salvamento del MIO y la modificación al contrato que se firmó a principios de este mes sean el camino para recuperarse de las pérdidas. El gerente de la compañía, Guillermo Ramírez, habló con PUBLIMETRO sobre la situación económica que atraviesan Unimetro y los otros concesionarios, además de los retos que llegan con el nuevo plan.
Se demoraron más de ocho meses en firmar la modificación al contrato que le da entrada al Plan de Salvamento del MIO, ¿qué no los convencía?
Nosotros no estábamos buscando una salida de nuestros problemas sino una solución a largo plazo que permitiera la sostenibilidad de todo el sistema. Una de nuestras grandes dificultades es el deterioro de la flota por las remuneraciones que no hemos recibido. Estos meses sirvieron para buscar una solución a la necesidad de recuperar esa flota y mejorar el servicio para la ciudadanía. Logramos una fórmula que creemos viable y que será para beneficio de la ciudad.
El otrosí modificatorio del contrato se firmó, pero las deudas siguen intactas… ¿qué va a pasar con los bancos?
Lo mismo que tiene que pasar con todo el mundo: tenemos que hacer un pacto por recuperar el sistema MIO, por recuperar la ciudad y por construir una mejor sociedad. Uno de los actores más importantes son los bancos, que después de 10 años de operación no han recuperado un solo peso de lo que invirtieron. Necesitamos que los bancos nos vuelvan a creer y apoyen este proyecto. Si eso no pasa, no vamos a lograr consolidar la solución que se planteó.
¿Esa confianza incluye nuevos préstamos?
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Claro, los 424 buses adicionales que requiere la ciudad cuestan unos $120 mil millones y necesitamos que la banca nos ayude a financiar. Por otro lado, la recuperación de los casi 300 buses que tenemos parados implica una inversión importante. Pero no es solo la banca, también necesitamos que el sector asegurador se sume a este proyecto. Este sector tiene muchas dudas frente a los sistemas de transporte masivo y acá lo que tenemos que lograr es que todos nos sumemos para generar soluciones para los usuarios. Si alcanzamos esto, Cali pasará a la historia como la ciudad que creó la solución a los sistemas de transporte masivo del país.
Una de las quejas recurrentes ha sido que los ingresos no alcanzan a cubrir ni siquiera los gastos de operación…
Todos los concesionarios tenemos un déficit mensual, por eso es que el servicio se va deteriorando. El año pasado, Metro Cali explicó que movilizar un pasajero costaba $3100 y en ese momento el usuario pagaba $1900. ¿Quién estaba financiando el excedente? Los proveedores, los acreedores y los bancos. Eso ya era insostenible.
¿Cómo cambiará esto con el nuevo contrato?
Con la nueva normatividad lo que hace el municipio es inyectarnos recursos propios y de fuentes alternativas como el cobro por congestión. En últimas, la movilidad sostenible consiste en generar condiciones para que la gente pueda usar el transporte público y disminuir el uso del carro particular, porque en la medida en la que ingresen más vehículos particulares habrá más contaminación y más congestión, y se van a necesitar más vías, más parqueaderos, etc. El presupuesto de la administración para programas básicos termina invirtiéndose en planes de reparcheo.
¿Unimetro está en quiebra?
En este momento, los cuatro concesionarios estamos en ‘Causal de disolución por pérdidas acumuladas’, ese es el tecnicismo. Tres adherimos a la ley 1116 como mecanismo para salvar la empresa y que con la misma operación logremos mantener el empleo. En nuestro caso, hace dos años teníamos 300 colaboradores y hoy tenemos cerca de 500. Hemos mantenido la operación y llegaremos a acuerdos con los acreedores.
¿Los socios perdieron sus inversiones?
Todos los pequeños accionistas de Unimetro perdieron lo que invirtieron, que fueron $65 mil millones hace 12 años. Cuando hablamos ahora de encontrar un equilibrio no es solo para que recuperen su patrimonio sino la dignidad y el espacio en la historia que les corresponde por habérsela ‘jugado’ por una mejor ciudad.
¿En cuánto tiempo llegará esa solvencia económica para los accionistas?
Si se dan todas las condiciones que tenemos planeadas, entre los años 2034 y 2040 podrán recuperar lo que invirtieron. Ahí hay un agravante: el promedio de edad de nuestros accionistas es de 65 años. Cuando les decimos que esperen 15 años, se impactan. Ellos entregaron sus carros, que eran sus herramientas de trabajo, para darle espacio al MIO… y hoy no tienen una solución. Están sobreviviendo de milagro y gracias a sus familias. Necesitamos un equilibrio no solo económico sino social.
¿Las mejoras que se tienen planeadas se traducirán automáticamente en un aumento de usuarios?
Mejorar el servicio implica hacer una reestructuración de rutas, ampliar la cobertura, mejorar la frecuencia y disminuir la cantidad de trasbordos. Con esto lograremos que la gente vuelva a tener sentido de pertenencia. Si queremos cambiar, todos tenemos que aportar nuestro granito de arena. El transporte público es un mecanismo que permite acercarse a las oportunidades: de nada sirve tener buenos hospitales o buenos colegios si la gente no puede llegar fácilmente a ellos.
El MIO ha tenido varios intentos de salvación. Usted se nota optimista con este…
Uno no puede sacar adelante un proyecto del que no está convencido. Somos optimistas, pero a la vez realistas. Esta es una solución que requiere mucho trabajo, la construcción de muchos acuerdos, la alineación de muchas voluntades. Lo importante es que no se vuelva un acuerdo de cuatro concesionarios sino de la Alcaldía, de Metro Cali y de la ciudad, así será más fácil construir pactos colectivos. Tenemos que seguir trabajando en equipo para que la ciudad logre ver los cambios por el resto de los 22 años que tiene este contrato.
Cuando se convirtieron en operadores del MIO, ¿confiaban en que el sistema iba a ser autosostenible?
Ese contrato se firmó bajo las garantías de la ley 80. Asumimos que todo se iba a cumplir. El riesgo era que si no se daba la demanda que esperábamos, íbamos a tener que ejecutar menos kilómetros de los proyectados. Lo que terminó pasando fue que nos pagaron la mitad y nos siguieron programando más kilómetros, eso comenzó un problema que fue creciendo. Sin embargo, ahora estamos concentrados en cómo generar soluciones para el beneficio del sistema.
¿Al cuánto tiempo de funcionamiento llegaron las pérdidas?
Con el arranque de la operación. Estos sistemas tienen otro problema y es que la fijación de la tarifa queda en manos de las alcaldías. El MIO estuvo cinco años con la misma tarifa para el usuario, cuando todos los años suben los costos de operación. No obstante, repito, el asunto no es definir quién tiene la razón porque a quien le tenemos que dar soluciones es al usuario. Hoy la gente no tiene cómo transportarse y está arriesgando su vida en ‘piratas’ y motorratones.
¿A qué le temen ahora los concesionarios?
A la alineación de voluntades, a convencer a los bancos para que apoyen el proyecto y que entiendan que no están apoyando a los concesionarios sino a un nuevo sistema. Pero más que temor, son retos para los que estamos preparados con optimismo y con unos planes de trabajo muy concretos.
- 164 buses tiene Unimetro, pero diariamente operan 90.
- $65 mil millones perdieron los accionistas de Unimetro.
- $1 billon le adeudan los concesionarios a los bancos.
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