Al menos tres muertos y más de 400 heridos dejan las manifestaciones de este viernes en la frontera de Israel con Gaza.
Mientras los manifestantes incendiaron neumáticos, arrojaron rocas y lanzaron cometas en llamas militares israelíes arremetieron con disparos que dejaron por lo menos 80 heridos por fuego vivo según autoridades.
Las manifestaciones masivas buscan poner fin al bloqueo de Gaza orquestado por Israel y Egipto desde hace una década.
La marcha coincidió con el Día de Jerusalén, protesta instituida por Irán en contra del control israelí sobre la ciudad santa. Israel e Irán han sido archienemigos desde la Revolución Islámica de Teherán en 1979.
En las capitales de Irán e Irak, miles de musulmanes chiíes marcharon en las protestas del Día de Jerusalén, mientras coreaban “muerte a Israel” y algunos quemaban banderas israelíes y efigies del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Se esperaba una gran asistencia en Gaza, planteando el temor a más violencia. Al menos 115 manifestantes palestinos han muerto y cerca de 3.800 resultaron heridos por fuego del Ejército israelí desde el inicio de las marchas a finales de marzo.
Tras las oraciones del viernes, miles de residentes de Gaza se dirigían a los cinco campamentos de protesta que se montaron hace más de dos meses, cada uno a varios cientos de metros (yardas) del perímetro de la cerca de Gaza. Desde ahí, grupos más pequeños se acercaron aún más a la división.
En un campamento en el occidente de Ciudad Gaza, los activistas quemaron neumáticos, lanzando al aire espeso humo negro. Soldados israelíes respondieron con gas lacrimógeno, incluso esparciéndolo desde drones, lo que provocó que los manifestantes corrieran para protegerse.
Las protestas masivas son en contra del bloqueo fronterizo impuesto por Israel y Egipto en 2007, luego de que el grupo miliciano islámico Hamas ocupara el territorio. Los manifestantes también presionaron por el “derecho a regresar” de los descendientes de refugiados palestinos a sus casas ancestrales, que ahora están en Israel.
Más de 700.000 palestinos fueron expulsados o huyeron durante la guerra árabe-israelí de 1948, cuando se creó Israel. Dos terceras partes de los 2 millones de residentes de Gaza son descendientes de refugiados.
El manifestante Fadi Saleh dijo que las marchas frecuentes han ayudado a los palestinos a revivir el apoyo del mundo árabe, pero que se puede hacer más. “Nuestra causa necesita verdadero apoyo y solidaridad árabe”, dijo Saleh, estudiante de literatura árabe que traía una máscara para protegerse del gas lacrimógeno.