Semana Santa en Mompox
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Tres días antes del Domingo de Ramos en un pueblo a orillas del río Magdalena las personas se agrupan frente a una iglesia.
Pretenden llevar a cabo un robo, el robo más grande en la historia de esta población.
Así empieza la tradicional marcha del ‘paso robao’, ritual religioso con el que dan inicio a la Semana Santa momposina.
Esta Semana Santa se extiende durante 11 días hasta el Lunes de Pascua con la procesión de Jesús Nazareno.
¿Cómo llegar?
Está ubicada en Bolívar, rodeada por dos brazos del río Magdalena, por eso llegar ahí no es fácil.
El camino desde Bogotá supera las 12 horas y desde Cartagena o Barranquilla sobrepasa las cinco horas de carretera.
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Pero al pisar sus calles adoquinadas, cualquier traspié en el camino queda en el olvido.
Su arquitectura, gastronomía y calidez de su gente hacen de Mompox uno de los destinos turísticos más atractivos del país.
Eso, sumado a la Semana Santa, hicieron que la Unesco la declarara Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad.
El ‘paso robao’
En Mompox, las procesiones de la Semana Santa se marchan.
Los nazarenos, vestidos con una túnica azul turquí y un capirote, cargan sobre sus hombros 14 pasos con las imágenes que representan el camino de Jesucristo hacia el Calvario.
Van lento, marchando con dos pasos hacia adelante y uno hacia atrás.
“Es la única Semana Santa marchada en el país, lo que le da una imponente y solemne belleza rítmica. Estas celebraciones son para Mompox un orgullo que atrae a su tierra a la mayoría de sus hijos ausentes y a fervorosos cristianos que concurren a cumplir una cita con Dios”, afirmó Luis Alfredo Domínguez, historiador momposino.
Pero el del ‘paso robao’ es una procesión diferente, única en este lugar y surgió de un hecho real.
La marcha tiene lugar cada año entre el Jueves y Viernes de Dolores, cuando los momposinos recrean el robo de este paso en la época colonial.
Empieza a la medianoche, cuando un grupo de personas llegan hasta la iglesia de San Francisco y abren a la fuerza los portones para robar el paso.
Ellos lo ponen sobre sus hombros y a toda prisa lo sacan del templo.
La procesión hace un largo recorrido por el pueblo y termina antes de que el sol delate a los ladrones con sus primeros rayos.
Origen del ‘paso robao’
“Esta marcha tiene su origen en la época colonial, cuando Mompox, debido a su posición geográfica privilegiada, era el segundo puerto en importancia sobre el río Magdalena, asentándose en la ciudad comerciantes con gran poder económico, quienes convocaron a un concurso, con premios en dinero, al que presentara el mejor paso tallado», contó Domínguez.
Los Franciscanos ganaron el premio y hubo desacuerdo porque los Agustinos decían que el mejor era el de ellos.
«En protesta por la decisión, llegaron al filo de la medianoche a la iglesia de San Francisco y allí, con piedras, palos, puntapiés y otros objetos sólidos, golpearon las puertas del templo, logrando que se abrieran para robarse el paso, el cual fue llevado a toda carrera hasta la esquina del callejón de la Choperena con la calle Real del Medio, donde se encuentra la iglesia de San Agustín. Los Franciscanos y sus fieles, al conocer el hecho, llegaron al sitio a recuperarlo. La situación estaba muy tensa, cuando de pronto aparecieron los Dominicos, quienes entraron a mediar en el conflicto. Para apaciguar los ánimos, después de largas discusiones, los tres bandos acordaron llevar el paso robado en procesión hasta el templo de Santo Domingo, donde se reconciliaron los Franciscanos y los Agustinos, reconciliación que se pactó con una misa de acción de gracias”, dijo.
Las alfombras
Otro detalle que hace más auténtica a esta Semana Santa son las alfombras que los pobladores hacen en la mitad de las calles para adornar todo el recorrido del ‘paso robao’.
Se trata de cuadros en los que el cemento hace las veces de lienzo y la pintura no es más que aserrín tinturado, flores y granos que le van dando forma a los diseños.
Estas alfombras son creadas durante el Jueves de Dolores y se van desvaneciendo a medida que los marchantes van pasando sobre ellas.
Pero, por pedido de los turistas, el Jueves y el Viernes Santos se realiza un concurso de alfombras momposinas.
Durante 11 días Mompox vive al máximo una tradición heredada de la colonización española.
Tradición que siglos después no ha podido ser desterrada.
Por el contrario, fue reforzada con elementos autóctonos y con el fervor de todo un pueblo.
Esto terminó por convertir una costumbre en una ventana abierta al mundo.
Este año, a partir del 22 de marzo (Jueves de Dolores) y hasta el primero de abril, podrá disfrutar de la Semana Santa en Mompox.
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