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Contradicciones desde Quito sobre el cese al fuego con el Eln

Pese a que la guerrilla mostró disposición para discutir otro cese, hay reclamos que tensan la dinámica en la mesa de conversaciones con el Gobierno.

Aunque muchos medios de comunicación interpretaron como positivo el anuncio del Eln sobre su “disposición” frente al cese al fuego, lo cierto es que quedan más dudas que certezas en el último comunicado que emitieron.

“Estamos en disposición de acordar un nuevo cese, una vez evaluemos conjuntamente en la mesa de conversaciones la marcha, las confianzas y los resultados del actual cese al fuego”, dice el texto firmado por el Comando Central de la guerrilla y que va dirigido al jefe de la Misión de Verificación de la ONU, Jean Arnault.

En él, aclaran que el 9 de enero concluye el pacto del cese al fuego entre el Eln y el Gobierno y empieza en Quito un nuevo ciclo de conversaciones. Solo hasta ese momento hablarán de las diferencias y discutirán “las posibilidades de otro cese”.

“Ya el Eln, trazó una raya”, afirmó a PUBLIMETRO Luis Eduardo Celis, asesor de la Redprodepaz y analista del proceso de paz de Quito.

Según Celis, Si durante las discusiones, que empezarían hasta el próximo año y no antes, las partes se contienen de atacar al otro podrían consolidar un acuerdo para un nuevo cese. Si sucede lo contrario, “volveremos a la crispación”.

Este punto se vuelve crítico porque, si bien el Gobierno ha expresado en varias oportunidades su disposición de extender el cese al fuego que comenzó el pasado 1 de octubre, el Eln ha insistido en una serie de reclamos que van desde el asesinato a líderes sociales hasta aparentes provocaciones de la Fuerza Pública.

“La negativa del Gobierno a tratar la masacre de ocho campesinos a manos de la Fuerza Pública el pasado 5 de octubre, en Tumaco; el asesinato a manos del Esmad, el 8 de octubre, de la comunicadora indígena Efigenia Vasquez del resguardo de Kokonuco… Le ha restado al cese al fuego una incidencia mayor frente a las afectaciones humanitarias”, se lee en el comunicado de la guerrilla, en el que no hacen mención a las violaciones al cese al fuego que han aceptado públicamente.

Sobre esto, el analista aseguró que “si el Eln quiere que cada muerto sea una violación del cese bilateral esto no va a funcionar y si el Estado no logra proteger adecuadamente a los líderes, tampoco ganará credibilidad para avanzar”.

Enfrentamientos con las disidencias de las Farc

Mientras el tiempo del cese al fuego se agota, el Eln continúa sus enfrentamientos con las disidencias de las Farc y grupos paramilitares asegurando que el pacto se hizo con el Gobierno y no con los grupos armados.

El último hecho que se conoció fue el ataque en Nariño, donde dos personas murieron.

Según el personero del municipio de Cumbal, en Nariño, José Eduardo Cuaical, el combate entre las disidencias y la guerrilla del Eln dejó dos muertos, pese a que la comunidad indicaba que eran más de dos. “Un concejal pudo verificar que son dos fallecidos los que se encuentran sobre la carretera”, afirmó a medios el día que ocurrieron los hechos.

Desplazamientos

En los últimos meses Nariño ha sido escenario de varios enfrentamientos entre disidentes de las Farc y el Eln, lo que ha causado el desplazamiento de más de 200 personas.

El más reciente ocurrió en el caserío Pueblo Nuevo, que hace parte del municipio de Magüí Payán, en donde murieron 13 personas.

«Como consecuencia del enfrentamiento ocurrido el 27 de noviembre en la zona rural del municipio de Magüi Payán (…) llegaron a la cabecera municipal unas 138 personas sumándose a las 71 desplazadas inicialmente», dijo la Organización de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA) en un comunicado.

El Eln reconoció a comienzos de este mes su responsabilidad en la matanza de 13 personas en el caserío Pueblo Nuevo que hace parte del municipio de Magüí Payán, en un enfrentamiento con disidentes de las Farc.

La OCHA prevé que por este y otros enfrentamientos el número de personas desplazas siga aumentando «por la presencia de los actores armados, control social y riesgo de nuevos enfrentamientos».

Los enfrentamientos hicieron que las comunidades restringieran su movilidad y las actividades de sustento diario, como recolección de productos y la pesca.

Según la autoridades locales, las personas desplazas están alojadas en casas de familiares, amigos y en un colegio.

La Alcaldía de Magüí Payán ha dicho que no tiene recursos suficientes para continuar atendiendo a los desplazados.

Con todos estos hechos la posibilidad de un nuevo cese al fuego se complica y, tal como lo aseguró Celis, “sin cese bilateral no habrá participación y sin participación no tenemos nada”, siendo la participación ciudadana el punto más importante para los negociadores del Eln y el que actualmente se discute desde Quito y en el territorio colombiano.

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