Con la esperanza de que esta sea la primera de muchas Navidades en paz, familias de exguerrilleros de las FARC se juntaron ayer a sus vecinos del caserío de San José de Oriente, en el norte de Colombia, para iniciar las celebraciones navideñas.
Unos 200 adultos y niños, entre ellos los jefes de las FARC en la antigua zona veredal de San José de Oriente, donde dejaron las armas, se juntaron con habitantes de las comunidades de Mirador y Tierra Grata, y con el alto comisionado para la Paz de Colombia, Rodrigo Rivera, para rezar la novena de Navidad.
«Nos reunimos en torno a la fiesta más bonita del año y la de este año en particular será una Navidad sin violencia, sin ruido que nos quite la tranquilidad, todos conviviendo alegres», aseguró la niña Mayerli Sánchez, de 10 años de edad, en el saludo de bienvenida.
La celebración navideña de hoy es la primera en la que participan miembros de la antigua guerrilla desde que dejaron las armas, a mediados de este año, para convertirse en partido político, destacó la Oficina del Alto Comisionado.
Rivera, que colocó la estrella del árbol navideño, manifestó que lo que se vive en Colombia con celebraciones como la de hoy son «hechos concretos de paz».
«Estamos celebrando la paz de Colombia y estamos construyendo la paz de Colombia con hechos concretos. Esta foto que tenemos aquí era impensable, era inimaginable hace muy poco tiempo», dijo refiriéndose a los antiguos jefes guerrilleros presentes, entre ellos el miembro más viejo de las FARC, Emilio Cabrera Díaz, conocido como «Bertulfo Álvarez».
San José de Oriente, el caserío que acogió la celebración, está asentado en una hondonada rodeada de verdes montañas en la zona rural de La Paz, municipio del departamento del Cesar, en el norte del país.
«En La Paz le hacemos honor al nombre de nuestro municipio», dijo la alcaldesa de la localidad, Andrea Ovalle, quien dio la bienvenida a la que llamó «la nueva familia de nuestra comunidad, la familia de la ex FARC».
Ovalle aseguró que ella misma fue víctima de la violencia del conflicto armado y que también sufrió dolor, «pero más grande que ese dolor es la responsabilidad social» que se tiene para alcanzar la reconciliación.
«Este no es un proceso fácil, pero con amor, con buena voluntad, con determinación podemos sacarlo adelante», afirmó por su parte el Alto Comisionado.
Entre las escenas impensables hasta hace poco en el país, Rivera destacó también la del exguerrillero Abelardo Caicedo, conocido con el alias de «Solís Almeida», quien «celebra la Navidad por primera vez en 40 años con su madre» a quien trajo al Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de San José de Oriente.
En ese lugar, unos 125 exguerrilleros de las FARC reciben capacitación en diversos oficios para reinsertarse a la vida en sociedad después de dejar las armas.
«La paz nos está brindando la posibilidad de reunificar las familias, de que nos volvamos a encontrar con nuestros seres querido», manifestó Rivera.
La celebración concluyó con la entrega de regalos a los niños asistentes, muchos de ellos hijos de exguerrilleros, al ritmo de villancicos y música popular colombiana.