Porque cada vez que algo nos gusta, Facebook hace caja. Una fórmula matemática analiza nuestras reacciones, conoce los lugares que visitamos, les pone precio y negocia con ellos sin explicarnos exactamente qué uso le va a dar a toda esa información.
El primer paso para protegernos es ser conscientes de que nada es gratis. Las redes sociales, tampoco. Video: Reuters.