El papa Francisco fue considerado como un «garante» por parte del Gobierno y de las Farc para poder continuar un proceso de paz que se había estancado, según explicó en una entrevista con Efe Gianni La Bella, el representante de la Comunidad de San Egidio que participó activamente en las negociaciones.
La importancia de la mediación del papa y de sus «mensajeros» de este movimiento católico con una larga experiencia en la resolución de conflictos fue tan relevante que el presidente Juan Manuel Santos ha llamado personalmente a La Bella para participar en Colombia al gran evento de la reconciliación que presidirá el papa Francisco el 8 de septiembre durante su visita al país.
Contento y sobre todo muy satisfecho por una invitación que le permitirá participar en la visita del papa a Colombia, colofón del arduo proceso de paz con las Farc, La Bella repasó en la sede romana de la llamada «Onu de Trastevere» el papel del Vaticano y del pontífice argentino en estas negociaciones.
«Poco antes de la apertura de los primeros contactos un grupo de negociadores vino a Roma y en la Sede de la Comunidad San Egidio se organizó una semana de estudio sobre cómo iniciar el proceso y que me sirvió para conocer personalmente a los protagonistas de esta negociación y crear relaciones personales, que son vitales en este tipo de diálogos», explica La Bella.
En los siguientes años, afirma este historiador, se trabajó en «una especie de educación a la paz y para que las Farc entendiesen que el mundo había cambiado tras 1989 y que la guerra revolucionaria era un motor de cambio de la historia que se había agotado», explica.
Cuando comienzan las negociaciones blindadas en Cuba, «la misión de San Egidio fue la de estar fuera de la puerta en espera de que algunas de los dos partes nos necesitasen».
Sentado en el jardín de esta Comunidad católica que también visitó el presidente Santos durante su visita a Roma en 2015, la Bella explica cómo finalmente llegó la llamada.
«Nos convertimos en el puente entre la mesa de negociaciones y la Santa Sede en un momento en el que se vivía la mayor crisis desde el inicio de las negociaciones y se discutía el asunto de la justicia transicional», señala.
El elemento clave que ayudó a desbloquear el proceso fue la primera carta que las Farc escribieron al pontífice y que entregó personalmente durante la visita de Francisco a la sede de San Egidio.
En ella «reconocían al papa como una autoridad moral, autónoma y capaz de proteger el proceso de paz y le pedían ayuda».
«Las Farc sentían al papa como una especie de ONU más cercana a ellos. Intuyeron en su figura una persona que más allá de las ideologías y de la historia tenía un verdadero interés en llegar a la paz. Tenía un verdadero interés en que Colombia saliese de su pasado y pasase página», dijo.
«Para desbloquear el proceso fue importante que ambos vieron la figura del papa como un garante, como un símbolo amistad y de cercanía y reconocieron su voluntad verdadera de paz», añadió.
El papa abrió los ojos tanto el Gobierno como las Farc, explica el representante de San Egidio, al recordarles en el histórico Angelus de la Habana que para Colombia «no podría permitirse otro fracaso».
Ambas partes, agrega, entendieron que Francisco «era la única fuerza político diplomática pero también espiritual capaz de afrontar el tema de justicia transicional, que tocaba tantos puntos demasiado profundos entre los colombianos».
Para La Bella, el papa buscó con sus discursos «un camino indirecto, no tradicional, para participar en las negociaciones» y usó «su presión moral y cercanía a este pueblo porque él sabía perfectamente que significaba poner fin a la guerra en Colombia».
Aunque La Bella reconoce que no sólo fueron los discursos del papa a animar a llegar a un acuerdo, pues también fueron acompañados con encuentros a alto nivel y con la Iglesia local y que se mantuvieron en secreto.
Sobre la visita a Colombia, el historiador y mediador también ahora en las negociaciones con los guerrilleros del ELN explica que «no es un viaje político porque el papa no va a apoyar a nadie, pero que sí tiene un gran valor ético-político».
«Francisco va a reiterar un antiguo mensaje de la Iglesia: Que con la paz todo es posibles y con la guerra todo está perdido y cuyo significado en el mundo y en Colombia se había perdido».
Para La Bella el proceso para una verdadera paz es aún largo pues «los acuerdos se plasmaron en un voluminoso monumento y este ahora tiene que ser la base para una espíritu de vida entre los colombianos».
Según el representante de San Egidio, el papa en Colombia tendrá que mandar un mensaje de reconciliación, pero no de olvido y que la iglesia «asuma la paz como un objetivo pastoral y la implementación de los sentimientos de paz en la sociedad como su deber prioritario».