El pasado 31 de marzo de 2016, fue puesto en el mercado el billete de 100.000 pesos con una ilustración que rinde homenaje al Valle de Cocora en Quindío, con la palma de cera, el pájaro barranquero y la flor del sietecueros, junto con la imagen del presidente Carlos Lleras Restrepo.
Aunque ya conocemos cómo se ve el billete y más de uno lo distinguiría cuando llegue a su billetera, la verdad es que no muchos lo han tenido en sus manos. ¿Pero por qué?
Según el diario La República, suspendieron la producción porque hay muchas reservas. “Al cierre de 2016, el Emisor reportó que en su producción anual se imprimieron 44,2 millones de estas piezas, aunque es un tiraje que no se lanzó a circular en su totalidad a tal punto que, en la actualidad, solo hay en las calles 5,2 millones de estos billetes, es decir 11%”.
Pero es que lo más curioso del caso, es que el común de los ciudadanos no conoce el billete porque fueron diseñados con un tamaño que no se corresponde con la ranura de salida de los cajeros. Para que este salga de un cajero, tendrían que modificar toda la red.
Según el diario económico,
“El más grande de la familia de nuevos billetes del Banco Central empezó a tener problemas para llegar a las billeteras de las personas desde el primer día. Una de esas barreras fue que por cuenta de sus dimensiones y grosor no encajaba en los dispensadores de los cajeros automáticos tradicionales del país”.
Y aunque por curiosidad usted quiera tenerlo en sus manos y ‘chicanear’ con el descubrimiento, Asobancaria cuenta que es muy complicado para un ciudadano del común, portar un billete de tan alta denominación, pues encontrar cambio es complicado. Y sí uqe tienen razón, pues hoy en día, cambiar un billete de $50.000 es una tarea maratónica.
Y usted, ¿ya conoce el billete?
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