Una escalofriante confesión fue la que debieron escuchar los policías del departamento de Estcourt en Sudáfrica, luego que un hombre llegara al lugar a entregarse.
«Me entrego porque estoy cansado de comer carne humana», fueron las palabras que señaló el sujeto, mientras en sus manos traía una pierna y un brazo humanos, los cuales estaban en descomposición.
Ante este escenario, los oficiales de inmediato rodearon y detuvieron al «Hannibal Lecter» africano, quienes le ordenaron que le diera la dirección de su hogar, para ver si habían más restos humanos en la vivienda.
Al llegar a Rensburgdrift, los policías quedaron impactados al hallar más partes de cuerpos. Tras las primeras investigaciones, fueron aprehendidas otras tres personas, incluido un conocido sanador del área.
Por lo mismo, ya se inició el juicio contra los sujetos, pero no por canibalismo ya que dicha práctica no está penalizada, sino por utilizar cuerpos sin autorización desde el cementerio local, los cuales habrían sido devorados por los hombres.