Funcionarios del Icetex descubrieron que un cura que contrataba la empresa para todos sus eventos religiosos no era sacerdote y los engañó por un tiempo. Los empleados lo descubrieron por los ritos que hacía y porque uno de los empleados descubrió que fue casado.
El hombre, que se llama Atahualpa Hernández según su cédula, se hizo pasar por cura desde el 2016. Ofició misas algunas veces como Obispo y en otras como Monseñor, lo que hizo dudar a algunos de los empleados.
Sin embargo, la duda más grande se generó cuando usaba un lenguaje «coloquial» en las omilías y porque un funcionario conoció que el falso cura estuvo casado.
«Una compañera dijo que lo conocía de Cúcuta y sabía que era casado», afirmó Marcela Garavito, una funcionaria de la entidad.
Además, Hernández recibió contratos para capacitar a funcionarios en talleres espirituales, comportamiento y trabajo en equipo.
“Fue lo que más inquietud nos causó a todos. Lo llevaron para hacer riegos, sahumerios. Vino como con otro señor que también decía ser padre. Con un sacristán fue acompañado en toda la entidad, puesto por puesto de trabajo, trayendo sahumerios y haciendo rezos”, agregó Garavito.
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