El 6 de julio de 2015, el presidente Juan Manuel Santos sancionó la Ley Rosa Elvira Cely, “que establece el marco de principios rectores que deben orientar una investigación y el juzgamiento del feminicidio, con el objetivo de evitar que este tipo de delitos queden en la impunidad”, como asegura la Alta Consejería para la Equidad de la Mujer.
En 2015 fueron asesinadas 670 mujeres; en 2016, 731 y desde enero hasta el 1 de abril de este año, 204, según el informe del Instituto de Medicina Legal.
Las cifras, que no dejan de ser simplemente números a escribir en un papel, van más allá. Las historias sobre mujeres hostigadas por sus parejas, los múltiples asesinatos se reflejan en las páginas de los diarios y en los titulares de los noticieros.
Pese a que la ley está en plena función y la Fiscalía General de la Nación avanza en cuestión de judicializados, aún falta mucho.
Para Martha Ordóñez, consejera presidencial para la Equidad de la Mujer, “las cifras de feminicidio en el país son preocupantes, los reportes de Medicina Legal indican que durante el primer cuatrimestre de este año, 46 mujeres han sido asesinadas por su pareja o expareja”, y por eso la importancia de la ley, que hoy tipifica este delito.
“La prevención de los feminicidios está en manos de todas y todos, pero si contamos con servidores públicos capacitados, comprometidos y conscientes del alto riesgo que corren las mujeres que reciben maltrato y amenazas de sus parejas y exparejas usando a tiempo las herramientas con las que contamos en el país, menos mujeres serían asesinadas”, afirma Ordóñez.
Y es que el problema más grave ocurre en sus propios hogares, donde conviven con sus parejas y exparejas. El 34% de los crímenes contra las mujeres del año 2016 ocurrió en sus casas.
En el caso de las menores, 12% de las víctimas mortales del año pasado son mujeres que comprenden las edades de cero a 17 años.
Luz Stella Delgado, líder social y miembro de la Federación de Mujeres Campesinas de Cundinamarca (Fedemucc), asegura que el problema es de prevención: “No puede ser que una mujer, que tiene que tomar el coraje para denunciar violencia contra ella, tenga que asumir que un juez le diga que su pareja va a pagar casa por cárcel. No puede ser que se deje en libertad a posibles asesinos. Hay que profundizar en la educación de los hombres y hacerles entender que el respeto es vital”.
Para Delgado, Colombia tiene que fortalecerse más allá de lo punitivo, “la ley es muy importante. ¡Es un avance enorme!, pero el aparato judicial debe funcionar en pro de las posibles víctimas y de las que ya lo son, para que casos evitables, como el Rosa Elvira Cely, no se repitan y avancemos hacia la igualdad y el respeto por la vida”, concluyó.