Colombia

Ola de abusos no es nueva, “es pan de cada día”

Aberrantes casos de abuso sexual a menores y torturas se han destapado en el país en los últimos días. Uno en el Meta en donde un militar de 19 años, adscrito al Batallón 21 Vargas del Ejército colombiano, con sede en la localidad de Granada, fue señalado de haber abusado de una menor de cuatro meses el pasado sábado cuando la madre de esta salió a una tienda, según la información.

El otro, un caso doloroso que hoy enluta al país, el de Sara Yolima Salazar la menor de tres años que llegó con heridas en sus brazos, con signos de tortura, con uno de sus dedos mutilados, y terribles signos de violencia sexual, además de un grave trauma craneoencefálico que su madrina, quien tenía su potestad tras el impedimento de su madre biológica para mantenerla, aseguró era una caída de la cama.

En otro caso, dos niños indígenas de 7 y 9 años de edad fueron asesinados por su padre en el departamento del Cauca por su padre, quien confesó el crimen tras ser detenido por la muerte de su esposa. Los cuerpos sin vida de los hermanos We’pe Yakum y Sek Tay Rivera Parra fueron encontrados  en el sector conocido como La Milagrosa, horas después de que los habitantes de la comunidad Yaquivá emprendieran su búsqueda cuando fueron avisados del asesinato de la madre de los menores, Jhoana Parra León.

Y es que casos como el de Sara, el de Yuliana o el de la menor de cuatro meses abusada, se repiten todos los días e infortunadamente, no tienen el cubrimiento mediático que se espera o que debería darse en estos episodios por el número elevado de los mismos.

La Cristina Plazas, la directora del Icbf aseguró que en lo que va corrido del año, más de 2500 denuncias por abuso sexual a menores de edad en el país se han registrado.

“Son denuncias, sobre algunas se tiene que hacer la investigación, pero es una situación lamentable que se vive en todos los estratos sociales”, expresó Plazas.

Más allá de las denuncias, según Medicina Legal, entre enero y marzo 4315 menores de edad han sido víctimas de abuso sexual en el país. De acuerdo con el instituto, la mayoría de víctimas de este delito son niños entre los 10 y 14 años de edad, con un total de 2.000 casos registrados.

 

¿Qué pasa con los niños? ¿Por qué se han vuelto blanco de la violencia sexual y física por parte de los colombianos?

La psicóloga María Fernanda Melo egresada de la universidad Los Libertadores, comenta que la primera problemática se vive en los hogares, tanto en el peligro para los niños, que gran parte es por sus familiares o allegados, o por la inevitable falta de respeto hacia los otros, hacia su cuerpo y hacia la corporalidad e integridad de los demás:

«El tema de abusos a menores de edad no es nuevo. No se trata de que en estos días se ha intensificado el fenómeno. lo que sucede es que las denuncias se pueden hacer más facilmente y se vuelven virales gracias a la tecnología, pero esto es pan de cada día», cuenta la psicóloga.

Lo que ahora nos preocupa como personas y profesionales en el área de la salud mental,  es que se está presentando un grave problema con los bebés. Eso sí es algo que nos ha sorprendido y nos ha alertado como sociedad que trabaja para la protección de la infancia y la adolescencia», asegura la profesional que está a cargo de la Fundación El Lugar, en donde atiende a población vulnerable.

«En ese punto te puedo decir que todo empieza desde el hogar. El primer llamado que se debe realizar es hacia la construcción de una familia plena con valores éticos y morales. La sociedad no sólo le debe decir a un niño, niña y/o adolescente que su cuerpo es un templo sagrado, les debemos enseñar desde pequeños a respetar al otro, enseñarles a decir ‘NO’, enseñarles el consentimiento. Enseñarles que todos somos personas que deben ser respetadas y sobre todo enseñarles respecto a la responsabilidad y las consecuencias de sus actos», afirma la profesional en salud mental.

Ante lo que se debe hacer, «aunque para muchos es vital que se implemente la pena de muerte, es importante establecer que mucho se puede hacer con lo que hoy tenemos. Si a los abusadores se les impone la mayor pena y sin rebajas, esto puede ser ejemplarizante», indica Melo.

Para Cristina Plazas, el Estado colombiano debe apuntar a la cadena perpetua en su modelo de justicia para castigar y de alguna manera mitigar estos casos.

 

 

 

 

 

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