TransMilenio colapsó, de nuevo. No hay otra frase para definir mejor lo que pasó en la mañana del martes con el sistema y su operación, pues a tan solo unos días para que el pasaje aumente a 2200 pesos, y a 2000 pesos el Sitp, los usuarios decidieron salir a protestar, bloquear y pronunciarse en contra de un servicio que para ellos no es digno, ni satisface sus necesidades.
TransMilenio se sustenta en cuatro pilares: respeto a la vida, respeto al tiempo de la gente, respeto a la diversidad ciudadana y calidad internacional. Se podría decir que ninguno de ellos se cumplió ayer tras ver la troncal NQS hacía el Sur y Soacha bloqueadas y colapsadas en su totalidad.
Fueron siete horas de protestas en las que cientos de habitantes del sur de la ciudad tuvieron que bajarse a caminar para llegar a su destino, pero también quedó en evidencia la inconformidad de cientos de usuarios que día a día usan el sistema y lo consideran un servicio costoso y de pésima calidad.
Balance
En total fueron 20 estaciones las que dejaron de funcionar durante los bloqueos. En el Portal del Sur se presentaron enfrentamientos con el Esmad y hubo capturados. Luego de los hechos se calculó que 24 buses, entre troncales y alimentadores, resultaron con los vidrios rotos y los daños en flota, en cálculos preliminares, podrían ascender a los 35 millones de pesos, según informó TransMilenio.
Además se encontraron tres vidrios rotos en la estación Sevillana tras una verificación del sistema. El costo aproximado de reemplazo es de tres millones de pesos. El alcalde Enrique Peñalosa aceptó, en medio de una rueda de prensa citada por los disturbios, que “de ninguna manera creemos que el sistema TransMilenio está funcionando como debe ser, debemos darles a los ciudadanos un buen servicio y la calidad que merecen. Yo digo que en Soacha es donde más hemos hecho mejoras de todo tipo”.
Sin embargo, los comportamientos del martes no fueron aislados, pues desde la semana pasada la inconformidad por el incremento del pasaje se siente en el ambiente ya que uno de los articulados fue ‘grafiteado’ y dejaron un letrero en la estación calle 72 que compartían el mismo mensaje: “ni un peso más para las ratas”.
“Estaban organizados para sabotear el sistema”
El alcalde Peñalosa aseguró que “en este momento no tenemos información definitiva de que hay vínculos políticos, pero claramente las personas que estaban haciendo estos ataques, y que estaban encapuchadas, no eran usuarios y estaban organizados para sabotear el sistema, incluso para vandalizar los buses”.
Por su parte, el secretario de Movilidad, Juan Pablo Bocarejo comentó que los controles serán más severos para quienes invadan el carril de TransMilenio: “es importante recalcar el problema empieza (en Soacha) cuando se invade el carril exclusivo de TransMilenio y vamos a trabajar más fuerte con la Policía de Tránsito y vamos a poner un equipo de fotocomparendo permanente para estar haciendo monitoreo porque esto afecta la velocidad del sistema, pero también en muchas condiciones la seguridad y el riesgo de accidentalidad”.
Bocarejo también aceptó que aún faltan mejoras en el sistema y que trabajarán en ellas. Finalmente se judicializará a quien trate de bloquear el sistema. «Aquí se trata de bloquear el funcionamiento de una ciudad, esta es la sangre que mueve esta ciudad el sistema de transporte masivo», indicó el alcalde.
Los usuarios, el corazón del sistema
Los bogotanos están obligados a usar TransMilenio, a esperar un bus hasta por media hora y aguantarse la intolerancia que se vive a diario en el sistema. Los usuarios no se quedaron callados y aunque hubo bloqueos en varios puntos de la ciudad, muchos otros, como en el caso del Portal de la 80, decidieron bajarse del bus y caminar a modo de protesta.
En redes sociales se leyeron mensajes como: «el servicio al cliente de TransMilenio es el Esmad» o «Alcalde, entiéndalo por favor, esta ciudad ya no aguanta TransMilenio». De esta forma, los ciudadanos le imploran al Distrito mejoras en el sistema y un servicio digno. En una nota publicada en este medio en febrero, cuando se presentaron disturbios en el sector de Soacha, Fernando Rojas, experto en movilidad, comentó que “lo de Soacha no fue solo un error de cálculo, sino de gerencia, y además ignoraron la importancia que tenía la conexión de Soacha y Bogotá. Desafortunadamente todas las medidas que se han anunciado no han logrado garantizar dignidad, comunidad, ni continuad del servicio”.
Expertos también señalan que el sistema debe pensar menos en los operadores y más en los usuarios para evitar problemas como el del martes y finalmente empezar a gerenciar como debe ser TransMilenio.
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Buses sufrieron daños luego de las protestas por la inconformidad con el servicio y el aumento del precio