Científicos de Sur América y Estados Unidos, pasan largas temporadas en Cabo Shirreff para estudiar los efectos del cambio climático.
Cabo Shirreff es una pequeña península situada en la isla Livingston, Antártida, donde conviven aves, pingüinos, focas y lobos marinos.
Su gran diversidad la convierte en un oasis marino que ha atraído la atención de varios científicos de Chile y EU.
EFE