Así lo expresó «Márquez» en una inédita intervención en el panel «El proceso de paz en Colombia», realizado en la XVI Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz que concluye hoy en Bogotá.
El líder guerrillero compartió escenario con ganadores del Nobel de Paz como José Ramos-Horta (Timor Oriental, 1996) y David Trimble (Irlanda del Norte, 1998).
También intervinieron el jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle; el Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, y el representante especial de la misión de las Naciones Unidas en Colombia, Jean Arnault, entre otros.
«Márquez», que fue el jefe negociador de las Farc en La Habana, destacó que lo firmado en Bogotá el pasado 24 de noviembre «ha entrado en su etapa decisiva, que es la de la implementación de lo acordado sin lo cual todo quedaría reducido a la demagogia y al engaño».
«Necesitamos eficiencia, necesitamos cumplimiento», subrayó el jefe guerrillero en el panel al que asistió vestido con traje oscuro sin corbata.
Lamentó que en el país haya, lo que calificó de «expertos desprovistos de sentido común que no buscan en la norma la vía de la solución de los problemas, sino su empeoramiento y destrucción».
Recordó que hace un mes el legislativo colombiano aprobó la Ley de Amnistía» pero que al no ser asumida por los jueces «en vez de traer la alegría de la libertad, ha llenado de desconfianza a la insurgencia que no ve por ninguna parte las excarcelaciones, algo nunca visto en la historia en los procesos de paz».
Igualmente reafirmó que en los 26 puntos en donde las Farc se están concentrando para dejar sus armas y regresar a la vida civil no están adecuados pero aún así los guerrilleros sigue llegando.
«La totalidad de las zonas de puntos de normalización, en donde la insurgencia dará el paso final a la vida política legal, no están adecuados y en esas condiciones están allí en un acto de desprendimiento, gente curtida en la guerra que quiere la paz», afirmó.
Por eso, insistió, «el compromiso no es para una sola de las partes. Necesitamos eficiencia, necesitamos cumplimiento».
De todos modos confió «en la buena voluntad» del Gobierno para sacar adelante el proceso de paz y que comiencen «las liberaciones, las adecuaciones de las zonas de normalización, los abastecimientos oportunos y en buenas condiciones, la implementación normativa ajustada al espíritu de los pactado».
También llamó a apurar la estructuración y puesta en marcha de la Jurisdicción Especial para la Paz, la Comisión de la Verdad y la unidad especial para la búsqueda de desaparecidos en el conflicto armado, todos ellas pactadas en el acuerdo.
Hizo hincapié en poner a andar «las medidas de reparación integral y las garantías de no repetición por las que tanto han clamado y siguen abogando las víctimas del conflicto».
También llamó a la pronta puesta en marcha de la reforma rural y la apertura democrática que «amplíe la participación política de los excluidos».
Reconoció el avance en la aprobación y puesta en marcha de un proyecto que permite la participación en el Congreso, con voz pero sin voto, de «Voces de Paz», una formación política de la que dijo está «comprometida con el acuerdo de paz y comienza a abrirle paso al nuevo partido que ha de surgir de nuestro tránsito a la legalidad».
«Son pasos de avance, pero son pasos lentos que deberemos acelerar si queremos que no se nos diluyan los sueños en los primeros intentos por forjarnos», afirmó.