En ese boletín Argentina eliminó los puentes festivos y se trasladó la fecha que recuerda el golpe militar que dio inicio a la última dictadura, lo que despertó la polémica en el país.
A través de un decreto de necesidad y urgencia, el Ejecutivo de Mauricio Macri eliminó los dos festivos con fines turísticos por año que había creado el Gobierno anterior para unirlos a festivos nacionales y generar los llamados «puentes» que buscaban «disminuir los efectos negativos de la estacionalidad del sector turístico y contribuir al desarrollo de las economías regionales».
Sin embargo, según el decreto publicado este lunes, esta medida generó «dificultades» para cumplir los 180 días de clase del ciclo lectivo y «afectó la competitividad» del sector productivo.
Por ese motivo, el Gobierno consideró necesario «reformular el actual régimen» por lo que, además de acabar con dichos festivos, trasladó aquellos que caían en martes y miércoles al lunes anterior, y los que coincidían con jueves y viernes, al lunes siguiente.
Según explicó Presidencia argentina en un comunicado, hay fechas que no están incluidas dentro de este mecanismo al ser consideradas «inamovibles» por su significado histórico o religioso o gozar de reconocimiento internacional, como ocurre con el 1 de enero, el lunes y el martes de Carnaval, el Viernes Santo, el 1 de mayo, el 25 de mayo, el 9 de julio, el 8 de diciembre y el 25 de diciembre.
Asimismo, destacó que en el caso del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia (24 de marzo), y el del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas (2 de abril), cuando tengan que ser trasladados, se promoverán jornadas de reflexión en las escuelas y en los espacios de ámbito público.
En el caso del primero de ellos, que conmemora el golpe militar que dio inicio a una cruenta dictadura (1976-1983), este año cae en viernes, por lo que se moverá al lunes 27 de marzo, un hecho que causó polémica entre los organismos de derechos humanos, que lo consideraron una «ofensa» a la historia argentina.
«Es una medida horrible para nosotros, los derechos humanos están siendo ofendidos» porque se trata de «una herida que está abierta», denunció la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, en declaraciones a radio La Imposible realizadas a comienzos del pasado diciembre.
De Carlotto consideró que tocar una fecha de este tipo es «distorsionar la historia» porque en ella recuerdan los asesinatos, los robos de bebés y las 30.000 personas que, según cálculos de las organizaciones de derechos humanos, fueron desaparecidas durante el último régimen cívico-militar.
A su juicio, esta decisión refleja la «muy mala intención» del Gobierno de Macri, por lo que, según anunció, los organismos iniciarán medidas para que se establezca como un día fijo y no uno «sin importancia, de paseo».