¿Cuál ha sido la cooperación que el gobierno sueco ha tenido con Colombia en los procesos de paz?
Nuestras relaciones con Colombia son muy cercanas, yo diría, desde la independencia. Suecia siempre ha acompañado a Colombia en sus momentos buenos y en los duros. Durante un tiempo también hubo muchos suecos aquí porque teníamos gran presencia de empresas. Yo creo que esta presencia, combinada con los problemas políticos y las tendencias de violencia de Colombia, han hecho que esta colaboración por la paz inicie desde los años 70 con la protección de derechos humanos, y también iniciando con pequeños procesos de construcción de tejido social. Desde 2003 tenemos una estrategia bilateral para la cooperación con la meta de obtener una paz negociada.
En esta estrategia, ¿cuál ha sido el papel de Suecia para obtener los acuerdos de La Habana?
Creo que, tal vez, somos uno de los pocos países que hemos insistido desde tanto tiempo en una paz negociada. Construimos todos los proyectos con relación a este objetivo. Hemos trabajado con sectores muy amplios de la sociedad colombiana en búsqueda de una paz negociada. Nos sentimos parte de esto porque este ha sido nuestro trabajo en tanto tiempo.
Luego de los resultados del plebiscito del 2 de octubre, ¿está impulsando su país el diálogo con los sectores del Gobierno y el ‘No’?
Esta negociación entre el gobierno y el ‘no’ es un proceso netamente colombiano, entre dos partes colombianas y sin mediación internacional. Esto ha sido un proceso interno donde las partes han pedido la asistencia que han necesitado. Estos puede ser expertos colombianos, porque ustedes tienen muy buenos expertos en este campo, pero pueden ser expertos internacionales.
Ahora, el pueblo colombiano, o mejor: parte del pueblo colombiano, porque solo el 40% de los colombianos votó, y la diferencia fue de un poco más de 50 mil votos. Lo que opina la comunidad internacional es que a pesar de esto hay responsabilidad de las partes. Las señales que hemos recibido han sido, no diría que positivas en una situación bastante sorprendente para todos… para el mundo diría que fue bastante sorprendente.
¿Cómo rrecibió la comunidad internacional, y sobre todo, en el caso puntual de Suecia, el premio Nobel de Paz al presidente Juan Manuel Santos?
Aunque los premios Nobel los entregan las academias de Suecia, el premio de paz es entregado por el parlamento noruego, porque Suecia y Noruega tenían una unión en el momento en el que murió el empresario Alfred Nobel y se propusieron los premios en su testamento. Cada comité tiene la libertad de decidir por qué decide cada premio: el gobierno sueco no tiene nada que ver y el noruego tampoco tiene nada que ver. De todos modos lo vemos como algo positivo, debido a la coyuntura que había en el país. Dio mucho oxígeno, iniciativa, y ánimo, porque la situación era muy crítica… también puede ser que este premio haga que el mundo tenga los ojos encima de este proceso.
¿Usted cree que este proceso llegue a su fin antes del 31 de diciembre, como espera el presidente Santos?
Por los pronunciamientos que hemos visto, la mayoría de los sectores del ‘no’ se puede acomodar en un nuevo acuerdo. La cosa está en la institucionalidad: están las líneas rojas que ha dicho el Gobierno y las Farc. Cómo procesar esto va a ser interesante: todos los consejeros tienen que saber bien cómo procesarlo en el nuevo acuerdo.
¿Cómo va a apoyar Suecia el posconflicto y un eventual diálogo con el Eln?
Entre el 24 de agosto, que se cerraron las negociaciones en La Habana, y el 26 de septiembre, fecha de la firma del acuerdo, Suecia aprobó ayuda a Colombia por otros 5 años en temas como el posconflicto. Este trabajo también ha incluido zonas que han trabajado con el Eln: no hemos distinguido entre actores del conflicto. Hemos dialogado con organizaciones cercanas al Eln impulsándolos a llegar a un acuerdo. Ahora no sabemos cómo quieren organizarse las partes y cómo quieren que se involucre la comunidad internacional. Está muy bien que los países que participaron en los diálogos con las Farc participen en los diálogos con el Eln, para que haya un solo acuerdo general para que sea más fácil para todos.
Alejándonos de los temas de violencia y el conflicto, ¿qué otros campos de cooperación tienen nuestros países?
Nosotros estamos muy asociados en temas de cooperación internacional. Las metas de desarrollo sostenible, por ejemplo, son temas perfectos para la cooperación y ahí estamos muy alineados. Otro tema es en el ingreso de Colombia a la OCDE, que va a ser algo muy importante para el país, y se tienen que llegar a unos objetivos muy importantes en justicia, medio ambiente, mercado laboral, telecomunicaciones, que Colombia tiene que cumplir y que estamos ayudando a cumplirlos.
Trabajamos de la mano con la embajada colombiana en Estocolmo, para trabajar conjuntamente. Por ejemplo, hace unas semanas financiamos un gran grupo de periodistas que trabajan en medios fuera de las capitales para trabajar temas complicados en el contexto local, propuestas como corrupción, de una manera constructiva y sin arriesgar la vida. Los dos países están muy cerca, pero no lo saben: en Suecia hay entre 10 mil y 15 mil niños colombianos, que nacieron aquí, y fueron adoptados por suecos.
Usted mencionaba que hubo una gran presencia de suecos en Colombia hace muchos años. ¿Cómo se encuentra esa cooperación comercial entre los dos países?
La gran presencia de empresas suecas es la razón por la que empezamos en cooperación, porque hay una gran presencia de nuestras empresas transnacionales en Colombia. Tenemos Ericsson, la multinacional de telecomunicaciones: la segunda oficina que abrieron en el mundo fue en Bogotá en 1896. Tenemos inversiones en telefonía, en electricidad, en transporte con Scania y Volvo, maquinaria de construcción… las grandes empresas están acá y deberíamos trabajar más en la implantación de medianas empresas. Ahí no hemos podido conseguir tantos resultados, aunque tenemos presencia también de start-ups suecas como Spotify y Skype.
¿Y los colombianos en Suecia, cómo estamos?
Podríamos mejorar también. Muchas de las exportaciones de productos que tienen ustedes en el mercado agropecuario están importados a Holanda, pero luego son transportadas en camiones a Suecia. Hay posibilidad de mejorar las exportaciones: productos orgánicos, suplementos, Stevia… hay mucha más posibilidad posibilidad de exportar estos productos en el mercado sueco.
¿Hay opciones de becas en Suecia para colombianos?
Tal vez no hay tantas becas como quisiéramos, pero hay becas por parte del Estado colombiano para Suecia y hay opciones muy interesantes. Hay colombianos que han hecho proyectos muy interesantes: nosotros trabajamos mucho en temas de sostenibilidad que podrían llamar la atención de los colombianos. Por ejemplo, nosotros manejamos sistemas de calefacción central para los inviernos que operan quemando basura de forma sostenible, pero el 97% de la basura que se produce en los hogares suecos se recicla, así que importamos basura del Reino Unido. Van personas de Colombia a estudiar esos temas. En Colombia se podría usar algo similar, con sistemas de aire acondicionado centrales que usen energías alternativas.
¿Qué haría falta en Colombia para llegar a estos puntos?
Nuestra sociedad es totalmente igualitaria, todos estamos de acuerdo en que debemos llegar al mismo lado y todos estamos dispuestos a pagar por esto. En este proyecto debemos contribuir todos con impuestos: no existe la economía subterránea, todos hemos entendido que para ir adelante debemos contribuir.
¿Es eso lo que nos falta?
Eso lo dice usted, no yo. (Risas)