En pleno desierto chileno de Atacama, en medio de un desolador paisaje de tierras infecundas y áridos cerros, se divisa un diminuto e incomprensible oasis. Se llama Quillagua y es el pueblo más seco del planeta. EFE
En pleno desierto chileno de Atacama, en medio de un desolador paisaje de tierras infecundas y áridos cerros, se divisa un diminuto e incomprensible oasis. Se llama Quillagua y es el pueblo más seco del planeta. EFE