En 8 meses las zonas en las que se cultiva coca y marihuana pasaron de las 112.000 hectáreas a 159.000, lo que equivale a un 42 %, según un documento de la Policía Nacional.
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Al parecer, este sería el resultado de la suspensión de la aspersión aérea con glifosato.
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Por eso el informe de la Policía pide implementar rápidamente nuevas estrategias para erradicar estos cultivos que crecen rápidamente.
También solicitan que sea una herramienta segura ya que, según el general José Ángel Mendoza, la erradicación manual es peligrosa en algunas zonas por la presencia de explosivos.
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