En el Bronx, según investigaciones de la Policía y medios de comunicación, el microtráfico se convierte en el causal de varios delitos que afectan a la población de toda Bogotá.
Así, por ejemplo, los adictos intentan robar joyas, celulares, dispositivos electrónicos y repuestos de automóviles en las zonas aledañas a la localidad de Los Mártires, afectando en particular las estaciones de TransMilenio Jiménez, Ricaurte y Tercer Milenio.
Además, una investigación de Noticias Caracol encontró que en el sector se encuentran casos de prostitución infantil, en el que las menores de edad son atraídas con drogas para ofrecer servicios sexuales a los habitantes de calle del sector.
Aunque en los últimos años se ha intentado disminuir su impacto con estrategias como los Centros de Atención Médica al Drogodependiente (Camad), la administración de Enrique Peñalosa ha propuesto cambiar el enfoque para acabar con la delincuencia.
Un operativo contra el microtráfico en el centro de Bogotá, se convirtió en un escándalo para la Policía Metropolitana al descubrirse que 14 agentes hacían parte de una red de microtráfico en plena zona del Bronx.
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Los policías eran afiliados al Centro de Atención Inmediata (CAI) de San Victorino, en la localidad de Santa Fe. Un teniente, cuatro suboficiales y nueve patrulleros harían parte de esta red, la cual habría brindado vigilancia a los traficantes para que pudieran desarrollar libremente su venta de estupefacientes.
Los uniformados fueron detenidos y puestos prisioneros junto a 17 civiles, que conformarían la red de tráfico de drogas que con los nombres de Blanco, Paloma, Chatarral, Esquina, Nuevo, Cripy, Harold, Nacional, Pilar, Dora, Ruca, Yogurt, Pepas y Calavera, tenían asolado el sector de San Victorino.
Según el general Rodolfo Palomino, la banda fue detenida al integrar dos agentes de forma encubierta, con la que se descubrieron los métodos de trabajo de la red y se pudo desarticular la línea de distribución de estupefacientes al por menor.
Los traficantes habrían sido liderados por un patrullero de la Policía llamado Luis Fernando Sosa Celis, que había sido retirado en 2008 de la institución, y pagó un año de cárcel antes de ser reintegrado a la institución en 2013, como parte del llamado «Carrusel de los Reintegros», según reveló Caracol Radio.
Al regresar a la institución, Sosa organizó a los policías del CAI San Victorino para brindar vigilancia a las redes de microtráfico en el barrio San Bernardo, por lo cual recibían un pago por parte de la banda de narcotraficantes. El agente y su esposa fueron puestos en prisión.
Según el general Palomino, la captura de los 31 miembros de esta red es la primera fase de una operación que «busca impactar de forma contundente y oportuna» el microtráfico en los sectores de San Bernardo y La Estanzuela, algunos de los centros más importantes de delincuencia de Bogotá (ver recuadro).
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Justamente a principios del 2016, el presidente Juan Manuel Santos y el general Palomino recorrieron el área de la Calle 13 con Avenida Caracas, aledaña al Bronx, y la Policía recibió el compromiso de acabar con las bandas encargadas del microtráfico y robo de celulares en el centro de Bogotá.
El director de la Policía Nacional dijo sentirse confiado de que la desarticulación de la banda delincuencial redujera el impacto del crimen en las localidades de Santa Fe, Los Mártires y La Candelaria.
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