Los bogotanos, acostumbrados a las nubes y el clima templado, se quejaron hoy de la ola de calor provocada por el fenómeno de El Niño, que dejó este fin de semana un registro de más de 23 grados centígrados.
«Ya casi no uso mi chaqueta (…) Es horrible, ha estado feo, la sequía es sorprendente y el agua está escasa», comentó Carolina Isabel, una ciudadana de Bogotá.
«Esta época resulta ser siempre soleada, con escasez de agua, pero estamos viendo que con el fenómeno de El Niño está pasando más de lo normal (…) No demoran los cerros de Bogotá en prenderse (incendiarse), y que comiencen los racionamientos de agua y de luz», apuntó Julián Jiménez, otro habitante de la ciudad.
Los extranjeros como la española Marina Colorado también sienten el calor, aunque en menor medida que los mismos bogotanos.
«Viniendo de Madrid, es como una primavera de Madrid, en la que cuando sale el sol hace calor, y por la noche hace fresquito», comentó.
El Gobierno emitió este martes una serie de recomendaciones para que los ciudadanos cuiden su salud frente a las altas temperaturas que afronta el país.
Lo hizo a través de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), que recomendó reducir las exposiciones prolongadas a las radiaciones solares directas y así evitar insolaciones y efectos nocivos de los rayos ultravioleta.
También se instó a los ciudadanos a usar protector solar de forma permanente, y a mantenerse hidratado.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientes de Colombia (Ideam) informó que mantiene constante comunicación con las autoridades pertinentes para que, en caso de que sea necesario, se dé una pronta respuesta a las emergencias hasta que pase lo peor, previsiblemente en marzo.
Un estimado de 45 grados centígrados en Puerto Salgar (Cundinarmaca), a menos de cuatro horas de Bogotá es uno de los mayores ejemplos del impacto del Fenómeno de El Niño en el país, que ha elevado drásticamente la temperatura en prácticamente todas las regiones del país (más de un grado que el promedio general en la mayoría de los casos).
De hecho, en la capital, según pronósticos del Ideam, incluso, podría superarse la temperatura más alta jamás registrada, la cual está en 24,9 grados y se presentó en enero de 1995, pues desde hace aproximadamente diez días, la temperatura ha venido subiendo gradualmente hasta superar los 23 grados el pasado lunes.
El Ideam lo ha dejado claro: Colombia vive su enero más caluroso en cinco años debido a la reducción en las precipitaciones producto de El Niño, que ha provocado que se declare la alerta roja en 20 de los 32 departamentos del país por riesgo de incendios.
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«El último fenómeno de El Niño fue en 2009-2010 en Colombia y por supuesto hemos registrado fuertes temperaturas en condiciones normales, pero desde luego este enero ha sido uno de los meses más secos de los últimos años», afirmó el director del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, Omar Franco.
Al respecto, el funcionario consideró que «desde luego», este es el inicio de año más caluroso del último lustro, superando las temperaturas habitualmente altas para esta temporada. “Bogotá ha sido el mejor ejemplo al registrar este fin de semana más de 23 grados centígrados que han sumido en el bochorno a sus habitantes, acostumbrados a las nubes y el clima templado”.
Por otra parte, la sequía por El Niño ha reducido también a mínimos históricos el caudal de los principales ríos del país, como el Magdalena y el Cauca, que en muchos lugares se pueden atravesar a pie, y obligado a las alcaldías de decenas de municipios a declarar la emergencia por la escasez de agua.
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Las posibles consecuencias, además del riesgo de incendios, pueden incluir «temas de salud pública», como la posibilidad, apuntó Franco, de «disparar algunos factores asociados al (virus del) chikungunya o al mismo zika o dengue», así como problemas de deshidratación en niños y adultos mayores. Todo ello sin olvidar una «disminución importante de las precipitaciones».
En las regiones
Las altas temperaturas, obviamente, no solo se viven en Bogotá, sino en todas las regiones del país.
En algunas de las principales ciudades, como Cali, Medellín y Barranquilla, estas se han incrementando hasta en un grado más de lo habitual y la escasez de agua se ha convertido en un peligro latente.
En Cali, por ejemplo, la empresa Emcali inició racionamientos de agua que afectarán a decenas de barrios, debido “al incremento del verano y la baja del nivel del río Cali”.
En Medellín –así como en 97 municipios más de Antioquia– se decretó alerta roja por las altas temperaturas ocasionando que en la ciudad y su área metropolitana también se inicien racionamientos de agua.
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En Barranquilla y el resto de la región Caribe, además de los racionamientos y los bajos niveles de las fuentes fluviales, las temperaturas se mantienen por encima de los 30 grados centígrados.
¿Hasta cuándo?
El actual fenómeno de El Niño, que inició en el segundo trimestre de 2015 y llegó a su punto máximo en diciembre del mismo año, según pronósticos del Ideam, se extenderá hasta marzo próximo. Sin embargo, organismos internacionales estiman que podría extenderse, incluso, hasta agosto.