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“Perdonar más, amar más, quejarse menos” esto dice Eduardo Verastegui

En apariencia Eduardo Verastegui sigue siendo el mismo galán que actuó junto a Sofía Vergara en Chasing Papi, protagonizó la telenovela Alma Rebelde y fue modelo de Calvin Klein. Poco parece haber cambiado en este hombre de 1,84 de estatura y ojos verdes, que tuvo a sus pies la fama, las mujeres y el dinero y lo cambió por una vida mucho más discreta, en la que lleva 13 años sin tener sexo, se opone al aborto y solo se involucra en proyectos que hagan de este mundo un mejor lugar.

Verastegui, de 41 años, estuvo en Colombia en el nuevo centro comercial Fontanar, en la vía Chía-Cajica, para el lanzamiento de las salas de cine Cinépolis; y por supuesto, para promocionar la película Little Boy (Traducida al español como ‘El gran pequeño’). Allí destacó una de las anécdotas de la cinta, la de cómo escogieron al protagonista, Jakob Salvati. El pequeño había ido a acompañar a su hermano mayor, que sufre de autismo, a hacer la audición (como una forma de terapia). Sin embargo, Jakob terminó presentando también la audición y consiguió el rol principal, todo un milagro para la familia de hermanos, que evitaron el remate de la casa de sus padres, quienes atravesaban un grave momento económico.

Es por eso que esta película es muy especial para Verastegui, no solo por la recepción que ha tenido, sino también porque contaron con la participación de actores de la talla de Emily Watson, Tom Wilkinson y David Henrie.

¿Qué aspiraciones tiene con esta película, sobretodo en Latinoamérica?

Nosotros creemos en el impacto de esta película, varias personas nos han escrito para contarnos cómo la cinta ha impactado sus vidas. Por ejemplo, una muchacha en México se me acerca y me dice, yo me escapé de mi casa cuando tenía 15 años y con la película decidí llamar a mis padres, reconciliarme con ellos y recuperar mi familia. Como esta hay muchas historias que me motivan a hacer un cine que entretiene y estimula artísticamente, pero también que tenga herramientas que provocan emociones y reflexiones. Es importante dejar semillas sanas en la audiencia, que quieran perdonar más, amar más, quejarse menos, convertirse en la mejor versión de ellos mismos.

¿Cómo fue su experiencia como productor en una película tan ambiciosa como Little Boy?

Cuando lees un guion como el del Gran Pequeño te das cuenta lo difícil que es llevarlo a la pantalla porque es una historia que sucede en los años 40’s e implica una gran inversión. La historia me encantaba pero pensaba que no estábamos listos y que era un experimento porque es una historia americana, con un   mensaje para toda la familia, filmada en México y hecha por mexicanos y colombianos (uno de los productores es de Barranquilla, Leo Severino). En 6 meses logro recaudar los fondos de empresarios mexicanos comprometidos que quieren hacer de este mundo un mejor lugar a través del cine.

El tema religioso está muy presente en la película, lo que para un público Latinoaméricano, en su mayoría católico, puede ser atrayente, pero que al tiempo puede generar en algunos sectores de la población, cierta prevención. ¿Cómo vencer este limitante para que se transmita el mensaje de amor universal?

Yo creo que de religiosa no tiene nada, yo creo que ayudar a los demás es un compromiso de todos. Todos estamos invitados a reconciliarnos con el enemigo, por eso la película es humana, es universal. Es una película para todos los que crean en el amor, en la reconciliación y en que se puede ser un agente de cambio y eso va más allá de cualquier credo que se pueda tener. En México estuvo más de 15 semanas y rompió índices de taquilla y se convirtió en un movimiento muy bonito, porque terminó en cárceles, en hospitales, y con niños indígenas, con un solo objetivo, el de mandar un mensaje de esperanza. Así que quien la quiera limitar es porque tiene prejuicios.

¿Qué hay de Eduardo Verastegui en esta película, teniendo en cuenta que usted pasó de ser un referente de galán hace más de una década, a algo totalmente distinto ahora, con un mensaje más ligado a sus fuertes convicciones religiosas?

En mi vida personal, el querer convertirme en un mejor ser humano, un mejor hijo, un mejor productor, cuando viene esa disciplina, uno quiere ofrecer lo mismo, mostrar lo mismo en su trabajo. ¿Cómo podemos poner eso en una película? Momentos de tragedia, de dolor, todo lo metemos en una película, Little boy es un reflejo de Alejandro Monteverde (el director), Leo Severino y mío, en formato de cuento. Es por eso que esta historia hay tragedia, drama, sonrisas, todo lo que somos está allí.

¿Cuál es la invitación para que los colombianos vean Little boy?

Mi esperanza es que cuando la gente en Colombia vea la película se vayan no solamente entretenidos y llenos de palomitas, refresco y de dulces, sino que se vayan llenos de esperanza, llenos de amor, inspirados a amar más, a convertirse en mejores seres humanos y si hay alguien que nos esté leyendo y esté pasando por un momento difícil y esté a punto de tirar la toalla, por alguna situación más grande que uno mismo, te invito a que veas esta película para que cambies de mentalidad, porque con fe, amor y esperanza todo es posible.

 

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