Estadio Nacional de Lima, 24 de mayo de 1964, 320 muertos
PUBLICIDAD
Se enfrentaban Perú y Argentina en partido clasificatorio para los Juegos Olímpicos de Tokio. Tras la anulación del árbitro de un gol al equipo local, el público reaccionó enardecido. La respuesta de la Policía fue con gases lacrimógenos que dieron pie a una estampida.
Estadio Hillsborough, Inglaterra, 15 de abril de 1989, 96 muertos.
Jugaban Liverpool contra Notthingham Forest en un desvencijado escenario. Los hinchas de los «diablos rojos» tenían prisa por llegar a su ubicación y el afán se tradujo en sangrienta estampida. Este hecho llevó al gobierno inglés a ordenar la refacción de todos los estadios del país bajo estrictas normas de seguridad.
Estadio Mateo Flores, Guatemala, 16 de octubre de 1996, 84 muertos
Aficionados que no pudieron ingresar al partido entre la selección local y Costa Rica intentaron derribar las puertas. Los aficionados dentro del escenario al tratar de evacuarlo generaron una avalancha mortal. Se dijo que una falsificación desbordada de entradas fue la causante.
Ibrox Park, Glasgow, 2 de enero de 1971, 66 muertos
PUBLICIDAD
El clásico escocés entre Celtics y Rangers fue el marco de esta tragedia. Tras el empate en el último minuto del Rangers se produjo una acumulación de aficionados en un vomitorio que terminó por colapsar.
Estadio de Loujniki, Moscú, 20 de octubre de 1982, 61 muertos
De nuevo la culpable fue una avalancha. Aquí la cifra de víctimas varía. La versión oficial del gobierno soviético habló de 61, luego se dijo que fueron más de 300.
Estadio de Valley Parade, Bradford, Inglaterra, 11 de mayo de 1985, 56 muertos
En el partido de Bradford City contra Lincoln City la colilla de un cigarrillo prendió fuego a un cerro de basura en una tribuna de madera constuida en 1908. Como es la constante en estas tragedias, las puertas estaban cerradas y los aficionados que pudieron escapar fue gracias a que lograron superar las barreras que separaban las gradas de la cancha. Hubo, además, 265 heridos.