Pocas veces se le pone cuidado al origen de lo que se come. En la mayoría de los casos, se piensa en saciar el hambre o en disfrutar de los sabores. Sin embargo, lo que pocos saben es que hay historias muy emotivas que surgen entre los productores de los alimentos más conocidos y cercanos para los colombianos. Eso pasa con los famosos ‘platanitos y maduritos’ de Natuchips, cuya producción depende de muchas mujeres y agricultores de Belén de Umbría, Risaralda, y cuyo trabajo se ha convertido en la forma que ellas tienen pasar salir adelante.
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Cerca de 50 mujeres y 50 agricultores y campesinos de la zona hacen parte de este noble proyecto productivo que PepsiCo, a través de Natuchips, adelanta con la Asociación de Productores de Plátano de Belén de Umbría (Asplabel). Y es que esta fue la forma que encontró PepsiCo para apoyar a los campesinos risaraldenses, con un proyecto que es líder en innovación en la industria de alimentos, por su alto impacto social, y que además enaltece uno de los alimentos más representativos para Colombia: el plátano.
Desde 2008 es Asplabel la asociación que abastece el 40% de la materia prima que requiere Natuchips, dando empleo así a muchas mujeres y jóvenes campesinos de un lugar como Belén de Umbría, que requiere de un impulso desde el sector privado y desde el sector público para proporcionar alivio al déficit de trabajo que hay en la zona. Además, uno de los puntos más importantes del proyecto es que está ayudando a mujeres cabeza de familia, muchas de las cuales han sufrido de desplazamiento forzado y otros vestigios de la violencia en el país.
Ahora bien, el talento y las habilidades de las mujeres para las tareas de pelado de la fruta ha sido fundamental para que PepsiCo confíe en su trabajo y les dé la oportunidad de tener una mejor calidad de vida. Una propuesta que buscaba como objetivo eliminar los intermediarios entre la empresa y los campesinos, para que así los productores y cultivadores tuvieran mayores beneficios y se consiguiera hacer sostenible un modelo de negocio que genera orgullo en todos los colombianos.
Con contratos justos y oportunidades de sacar adelante a sus familias, este tipo de proyectos son ejemplo para que en Colombia se le siga apostando a la responsabilidad social empresarial. Así que cuando vuelva a probar los ‘maduritos’ o plátanos verdes de Natuchips recuerde que detrás de ese paquete, está el esfuerzo de esas mujeres que sueñan con un mejor futuro a través de un trabajo lleno de talento, esfuerzo y amor.