Yasuo Takamatsu es un hombre de 64 años que hace una década perdió a su esposa tras el tsunami que afectó a la ciudad japonesa de Onagawa en 2011.
Dos años después de este hecho, aprendió a bucear y obtuvo su licencia, tras lo cual lleva siete años sumergiéndose todas las semanas buscando encontrar los restos de su cónyuge.
Además, una vez al mes se suma como voluntario en las búsquedas que realizan autoridades locales a las más de 2.500 personas desaparecidas que dejó el tsunami.
Respecto a la búsqueda de su esposa, el hombre señaló a la agencia AP que «siempre pienso que pudiera estar en algún sitio cerca».
En ese sentido, indicó que ha encontrado álbumes de fotos, objetos y ropas, pero nada relacionado a su cónyuge.
Sin embargo, insistió que nunca dejará de buscarla «mientras mi cuerpo se mueva».
«En el último mensaje de texto que ella me mandó, dijo: ’¿Estás bien? Quiero irme a casa. Estoy seguro de que aún quiere volver a casa», concluyó Takamatsu.