Gobiernos y cancillerías de todo el mundo continuaron hoy expresando su apoyo al Gobierno español frente a la declaración de independencia aprobada el viernes por el Parlamento de Cataluña, mientras que el papa Francisco se mostró preocupado por «el retorno de los nacionalismos» en Europa.
Países como Brasil, Australia, Rumanía, Portugal y Grecia, entre otros, defendieron hoy la unidad de España, como hicieron ya ayer Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Canadá, Argentina, México o Colombia, además de instituciones como la UE, la ONU y la OTAN.
Un día después de la declaración de independencia del Parlamento de Cataluña, aunque sin mencionarla expresamente, el Vaticano reconoció hoy que el papa Francisco está preocupado por «el retorno de los nacionalismos» y las «presiones disgregadoras» que afectan a Europa, según aseguró el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin.
Según informó la Santa Sede, Parolin afirmó que «el resultado del referéndum británico del año pasado y las presiones disgregadoras que atraviesa el continente han llevado al Santo Padre a considerar la urgencia de favorecer una reflexión aún más amplia y cuidadosa sobre toda Europa y sobre la dirección que esta -incluso más allá de las fronteras de la UE- tiene intención de emprender».
Hoy el papa cargó en concreto contra «las lógicas particulares y nacionales» que ponen en riesgo el sueño de los fundadores de Europa y defendió el diálogo para impedir que «formaciones extremistas y populistas» hagan «de la protesta el corazón de su mensaje».
En el mismo evento, el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, aseguró que el único interlocutor para la Unión Europea (UE) es España y reiteró que «nadie reconoce ni reconocerá a Cataluña como un estado independiente».
Tajani añadió que la decisión del Gobierno de Mariano Rajoy de convocar elecciones autonómicas para el 21 de diciembre «es sabia porque serán los catalanes quienes decidirán qué gobierno quieren»
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, apeló de nuevo a la unidad y a la estabilidad para la resolución de la situación en Cataluña, y reiteró que «no es papel de la Unión Europea mediar en el problema».
«Debemos respetar las constituciones de nuestros Estados miembros, las decisiones del Tribunal Constitucional español y la opinión del Parlamento español», concluyó Juncker en línea con el respaldo ya expresado al Gobierno español en las últimas semanas.
El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, habló con el rey Felipe VI de España para transmitirle personalmente que Portugal no reconoce la declaración unilateral de independencia aprobada el viernes por el Parlamento catalán.
En declaraciones desde las Azores, Rebelo de Sousa transmitió al rey «el respeto a la unidad del Estado español y por tanto el no reconocimiento de la declaración de independencia».
Desde Brasil también se dejó claro su rechazo a la declaración unilateral de independencia realizada por Cataluña y se pronunció a favor de que la crisis política provocada por el desafío separatista se solucione mediante el diálogo y el respeto a la Constitución española.
El ministerio de Relaciones Exteriores brasileño emitió un breve comunicado en el que pidió diálogo basado en «el pleno respeto de la legalidad constitucional y a la preservación de la unidad de España».
En la misma línea se pronunciaron países como Rumanía, Indonesia, Líbano, Grecia, Suiza, Senegal, Azerbaiyán o Australia, cuyo gobierno afirmó que respeta la soberanía y integridad territorial de España.
En Francia la prensa del país se muestra crítica en sus editoriales con la declaración de independencia del Parlamento catalán y preocupada por la situación que podría derivar en violencia.
El más duro con el independentismo es el diario conservador «Le Figaro», que titula «Viaje a lo absurdo» y denuncia que el hecho de que España haya caído en «la peor crisis política de su historia desde hace décadas» es lo que querían «los extremistas de la ruptura» que «no han dejado de hacer la política de lo peor».
«Le Monde» tampoco se priva de cargar contra los dirigentes independentistas a los que reprocha, entre otras cosas, «una inmadurez política alucinante» porque «más allá de la simple afirmación de independencia, no se ha sometido al pueblo catalán ningún proyecto de futuro serio».
A día de sólo las repúblicas separatistas de Osetia del Sur y de Abjasia, que rompieron con Georgia en 2008 y no han sido reconocidas internacionalmente, se han mostrado dispuestas a estudiar el reconocimiento de Cataluña si reciben una solicitud en ese sentido.