Riquelme Vega fue capturado el pasado viernes, 20 de octubre de 2017, por las autoridades chilenas, que llegaron hasta el estacionamiento del hotel Hyatt de cinco estrellas en Santiago, lugar en el que se hospedaba en una de las lujosas suites.
Según la Policía en el hotel se encontraba acompañado por una de sus tres mujeres colombianas, que fue dejada en libertad. Cuando realizaron la inspección de las pertenencias le fueron encontrados tres pasaportes: chileno, colombiano y español.
Con el alias de “El Rico” era identificado Riquelme, quien se encontraba entre los 100 delincuentes más buscados de Europa y que se era prófugo de la justicia holandesa, que estaba detrás de él por tráfico de drogas y de armas, además de dos homicidios, aunque consideran que también podría estar involucrado en más crímenes de mafias marroquíes.
Según las autoridades Riquelme es integrante de uno de estos carteles y que ha participado en las llamadas “Mocro war” o guerras de mafias marroquíes que operan en Holanda, donde incluso llegaban a decapitar a sus rivales.
De acuerdo con la información que la policía le suministró al medio de comunicación chileno Latercera, “Riquelme tiene empresas en Colombia (una inmobiliaria, una casa de cambio y una automotora), tres esposas, autos lujosos e identidades falsas. Sin embargo, en Chile no tenía antecedentes y mantenía propiedades y un centro de eventos ubicado en Chillán. Solo era conocido por su nombre: Richard Eduardo Riquelme Vega”.
En el momento de la captura le encontraron 50.000 euros en efectivo (ciento setenta y cuatro millones de pesos), y documentos que lo vinculan con otras dos cuentas corrientes a su nombre. Además, que se presentó como “inversionista-comerciante”.
Riquelme Vega se enfrenta a un proceso de extradición a solicitud del gobierno holandés que ya formalizó la solicitud al gobierno chileno a través del Ministerio de Justicia de Holanda.
