Tres adolescentes estudiantes del Colegio Preparatorio Gulliver, en Miami, crearon un pitillo en una clase de emprendimiento que consta de tres tiras distintas que identifican si en la bebida próxima a consumirse existe algún tipo de estupefaciente.
Carolina Baigorri, una de las creadoras, explicó por qué se había interesado en este emprendimiento: «Siendo una mujer joven, creo que este es un problema que escuchamos mucho, especialmente cuando venimos a la universidad”.
Este pitillo podría ser un elemento fundamental para detener los abusos propiciados por sustancias psicoactivas, que son los más comunes entre las violaciones.
Las estudiantes esperan que el problema que atacan pueda disminuirse con la implementación de su invento.