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El microtráfico se ha convertido en el cáncer de la ciudad

Una problemática que ha existido desde hace varias décadas, que no tiene ningún tipo de discriminación y que afecta a toda la sociedad.

Con el paso del tiempo el consumo de estupefacientes y a más temprana edad ha aumentado. Cada día es más frecuente ver a jóvenes y adolescentes consumiendo cualquier tipo de sustancia en las calles de Medellín.

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En cualquier esquina de la ciudad y de cualquier comuna se puede percibir el fuerte e intenso olor a la marihuana. Los parques y las áreas verdes dentro de la ciudad son los lugares preferidos para el consumo y la comercialización.

Según la Personería de Medellín, en la ciudad existen cerca de 250.000 adictos a las drogas y en los últimos años es evidente el aumento de los consumidores.

Los habitantes y comerciantes de sectores como en Guayabal, Comuna 15, han tenido que acostumbrarse a que el ‘jibaro’ del barrio esté rondando por sus calles y que durante todo el día esté vendiendo descaradamente por todas partes.

Las denuncias

Martín* es propietario de un negocio que está justo frente a un área verde en la comuna 15, Guayabal, sur occidente de Medellín. Desde hace pocos meses se trasladó a este nuevo espacio sin saber que tendría que convivir con los vendedores de drogas del barrio.

“En muchas oportunidades hemos llamado a la Policía, porque el ‘jíbaro’ se apoderó de este espacio y lo convirtió en su oficina. Además, se volvió el lugar para venir a consumir y hemos tenido que unirnos entre varios para salir a decirles que respeten, que tenemos clientes y niños en nuestros negocios”, dijo Martín.

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El comerciante comentó que al principio la Policía atendía los llamados, pero que ahora cuando indican que es por consumo de drogas parece que no le dan suficiente importancia. “Una vez llegaron como 10 muchachos a fumar, yo tenía varios clientes en el negocio y el olor a marihuana era muy fuerte, llamé a la Policía y nunca apareció”.

Juliana* es una empleada de un negocio del mismo sector, ella dice que el ‘jíbaro’ le vende drogas a todo el que pasa y que también las consume. “Él vende todo el día y hasta se ve cómo se las traen ahí mismo. A veces la Policía se lo lleva, pero al poco rato vuelve otra vez. Aquí se nota que él vende de todo, a veces viene otro y le ayuda y dejan eso lleno de basura. Aquí todos saben lo que hace y no pasa nada”.

El microtráfico

Luis Fernando Quijano, presidente de Corpades y experto en conflicto urbano, explicó que el tema del microtráfico en la ciudad se debe analizar partiendo de que en más del 70% del territorio de la ciudad hace presencia el crimen urbano.

“Ese crimen urbano está representado en bandas que pertenecen a dos estructuras, mayoritariamente, a la ‘Oficina’ y una parte minoritaria a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia. Eso nos lleva a que hay territorios bajo control del crimen urbano y que tiene como actividades ilícitas a nivel financiero el tráfico de drogas, denominado microtráfico”, indicó Quijano.

Esas rentas que les deja el microtráfico, según el experto, son como la caja “menor”, que tiene suficientes recursos para su operación. “En cada barrio urbano se pueden estar manejando dos plazas de vicio de marihuana y una de químicos, en otros pueden llegar a ser tres de marihuana y una de químicos. En Medellín está la ‘megaplaza’ en el barrio Antioquia, con muchos años de tradición criminal, que tiene aproximadamente 72 campaneros, que prestan servicio las 24 horas protegiendo los puntos de venta de la droga y los lugares donde está el almacenamiento, porque manejan las ventas al por mayor y al detal”.

Por su parte, Luis Guillermo Pardo, exasesor de Paz de Medellín y presidente del C3, considera que el narcotráfico tiene múltiples facetas y que con el consumo interno se ha desarrollado el mercado local a través del microtráfico.

“En el barrio o en el microterritorio se le ha dado el nombre de microtráfico,  pero es en realidad una de las actividades del narcotráfico. Es el menudeo de las drogas. Toda las comunas son proclives a esto y sabemos que también venden paquetes turísticos que lo incluyen”, dijo Pardo.

Pardo explicó que la venta de cocaína y la marihuana es lo más rentable del micritráfico y que es por esto que se vinculan los jefes de los combos, que son quienes vigilan que se hagan los pagos correspondientes a los narcos que se encuentran en otros lugares.

Plazas de vicio

En relación a la ‘megaplaza’, Quijano también reveló que se ha encontrado con ‘supermercados’ de la droga, que son puntos estratégicos de la ciudad encargados de proveer a las casas de vicio.

“También nos hemos encontrado con plazas móviles, que aparecen y desaparecen de un sitio y nos encontramos con la venta de droga a domicilio, que para esta utilizan todas las formas de comunicación. Además, sucede como en la Comuna 10 que se han camuflado hoteles como lugares por donde transitan las personas que van a consumir”, agregó el experto.

Para Quijano este es un negocio muy grande, “no es un asunto de micro, como se ha querido plantear, es un movimiento muy grande del tráfico de droga y que en un año podría dejar hasta 1 billón de pesos de utilidades”.

Según el experto anteriormente se decía que existían entre 300 y 400 plazas de vicio, pero de acuerdo a los cálculos que ha realizado, “pueden ser 1000 plazas de vicio en la ciudad de Medellín”.

Además fue enfático al decir que se debe analizar que a Medellín entran más de 60.000 libras de marihuana provenientes de Cauca, droga que es para el consumo de Medellín.

La propuesta presidencial

Ante la propuesta que está sobre la mesa del Presidente de la República, Iván Duque, para que la Policía pueda incautar la dosis mínima con el fin de mitigar el microtráfico, Quijano afirmó que es importante que el presidente Duque conozca la historia de la época de la prohibición en Estados Unidos.

“Cuando se hizo la prohibición aumentaron las utilidades del crimen, si ahora se dedica a quitarle a los consumidores, les genera la necesidad de volver a comprar y serán las plazas de vicio las que multiplicarán sus utilidades, porque les abren un negocio y se los van a multiplicar”, comentó el experto.

La propuesta del experto está más enfocada a las campañas para que la gente entienda que es su problema de adicción y que debe regularse para no molestar a otros. “El estado debería seguir la discusión pública seria y responsable sobre el tema de la legalización, además, en lugar de quemar la droga que incautan, deberían atender a los que tienen problemas de adicción, podría competirle y ganarle a los distribuidores y jefes de la droga”.

Por su parte Pardo considera que “la calentura no está en las sábanas, esa medida es atacar el problema por donde no se debe, el problema son los grandes narcotraficantes y ese acuerdo con los combos que permite que se comercialice en las comunas”.

Pardo insiste en que la estrategia de seguridad se volvió criminalística, “si esa estrategia no va acompañada de una estrategia de paz y de convivencia no va a tener ninguna solución, porque nuestras comunas tienen los mismos problemas que han tenido históricamente donde el 54% de los jóvenes no logran pasar a la universidad y no hay empleo para ellos”.

La lucha de las autoridades

El secretario de Seguridad de Medellín, Andrés Tobón, explicó que el narcotráfico y por ende el microtráfico es la mata de todos los males en materia criminal que existen en el país. “Las estructuras criminales de Medellín todas tienen alguna relación con este flagelo”.

Tobón destacó dentro de los últimos operativos  que se han adelantado en Medellín, la operación ‘Artemisa’ que se realizó en julio de 2018, en la que se capturaron siete personas de diversas estructuras criminales que tenían una vinculación directa con la venta de drogas en las instituciones educativas de diferentes sectores de la ciudad.

“El último fue el resultado en la Avenida De Greiff, un sector de consumo abierto en el espacio público, en el que se capturaron a cuatro personas entre ellas a su cabecilla alias ‘Don Omar’. Se permitió la extinción de dominio de 34 bienes, entre ellos varios fueron demolidos. No se trata de perseguir solamente al jíbaro o al cabecilla sino de lograr desarticular la red que está alrededor, que se nutre de la renta criminal”, reveló Tobón.

“Tenemos un país que tiene las zonas de cultivo más altas de su historia, tenemos una realidad de un país inundado en coca que tiene que ser combatido por el gobierno nacional, como se está delineando en la actual administración y que apoyamos de manera contundente”, puntualizó Tobón.

El comandante operativo de la Policía Metropolitana de Medellín, coronel Luis Eduardo León, dijo que en Medellín se ejecutan seguimientos al microtráfico para luchar contra los expendios.

“Llevamos 10 operaciones contra las estructuras dedicadas a la comercialización y tenemos programadas siete operaciones para lo que resta del año. En lo corrido del 2018 llevamos 160 allanamientos coordinados con la Fiscalía, 72 bienes en proceso de extinción de dominio, un promedio de 1,8 toneladas de droga incautadas, 7724 personas capturadas en flagrancia y más de 7800 millones de pesos incautados por la venta de droga”, indicó el coronel.

Muchas personas consideran que es responsabilidad de la Policía que los jíbaros que han capturado regresen a las calles, por lo que el comandante fue enfático al decir que la Policía cumple con su labor de capturar y presentar a las autoridades a los delincuentes y que son las instituciones judiciales quienes determinan las medidas que les interponen.

“Nosotros tenemos la obligación de presentar a estas personas ante la Fiscalía General de la Nación y son ellos los que determinan el siguiente proceso. Como Policía esperamos que las personas realicen las denuncias y utilicen las líneas de atención para que podamos verificar y proceder como nos corresponde”, puntualizó el comandante.

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La frase

«Tenemos una realidad de un país inundado en coca que tiene que ser combatido por el gobierno nacional, como se está delineando en la actual administración y que apoyamos de manera contundente», Andrés Tobón, secretario de Seguridad de Medellín.

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La cifra

Se calcula que en Medellín hay más de 250.000 adictos a las drogas.

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