Cuesta creer que después de soñar con una vivienda propia, de haber hecho una búsqueda cuidadosa, de visitar cientos de proyectos, de analizar el sector, las rutas de acceso, la cercanía con el lugar de trabajo o estudio, de rogarle al cielo por la aprobación de un crédito hipotecario y, sobre todo, después de haber sentido la enorme felicidad ese gran día de la entrega de las lleves, tan solo unos meses después el sueño se convirtiera en una pesadilla.
El drama de los propietarios
Cuatro años han pasado desde aquel 12 de octubre de 2013 cuando a las 8:20 p.m. el edificio vecino, el Space, se desplomó. Un momento del que fueron testigos los propietarios y residentes del Continental Towers y que permanecerá en sus memorias para siempre. Esos instantes cuando la tierra tembló, el polvo se apoderó de cada rincón, cuando no podían ver ni respirar. Fue el minuto en el que la luz desapareció y la oscuridad de la noche anunció la pesadilla que estaban por vivir.
Ángela Echeverri, es la propietaria de uno de los apartamentos del Continental Towers, recuerda que días antes de la tragedia del Space, varios de los propietarios de su unidad residencial habían notado que algo pasaba con la construcción, tanto así que habían realizado una asamblea extraordinaria en la que se decidió contratar a un ingeniero patólogo, Roberto Rochel, para que determinara el estado del edificio.
“En ese momento citamos a María Cecilia Posada, directora de obras; Pablo Villegas, representante legal de CDO, al ingeniero residente y al ingeniero Jorge de Jesús Aristizabal, para mostrarles las fotos de una columna que había fallado. Eso fue antes de que se cayera Space, fue el miércoles (9 de octubre de 2013). De inmediato ordenaron tapar la columna y la empezaron a retocar”, reveló Echeverri.
Tres días después, el desplome de la torre 6 del Space les confirmó las sospechas que tenían sobre la construcción, pues se trababa de un edificio hermano, a cargo de los mismos responsables.
“Después del estudio de patología que realizó el ingeniero Rochel, él le informó a la Alcaldía que al Continental Towers le podía pasar exactamente lo mismo que al Space. En esa reunión se definió que se debía evacuar. Eso fue el 19 de octubre de 2013. 10 días después llegó del Dgard a las 7:00 p.m. y nos sacaron del edificio para reubicarnos en un hotel”, agregó.
Desde ese día los residentes han tenido que andar con sus maletas de un lado a otro. La lucha con la constructora ha sido constante y aunque al principio les cumplieron a regaña dientes, en el 2015 el auxilio de habitabilidad fue suspendido.
“El auxilio de habitabilidad se suponía que era hasta que se resolviera la situación, pero de un momento a otro no nos volvieron a pagar. Desde ese entonces hasta ahora ya estoy próxima a mi cuarto trasteo, y eso no es todo, además del arriendo tengo que seguir pagando el crédito hipotecario e inclusive la administración, porque ante la DIAN nosotros existimos y esas obligaciones legales se tienen que cumplir”, dijo Echeverri.
Elkin Hernández, otro afectado del edificio Continental Towers, considera que desde el instante en el que se derrumbó Space es una víctima, porque desde esa misma noche comprobó que el edificio en el que habitaba también tenía problemas.
“Habíamos hecho muchos reclamos a la constructora. Alcancé a vivir durante 10 meses en el edificio y en mi apartamento, que estaba en un piso 12, tenía muchas grietas, eran muy grandes y no correspondían a un asentamiento normal. Con la caída del edificio Space, nosotros sospechamos que el edificio de nosotros también podía caerse”, dijo Hernández
En el caso particular de algunos propietarios, Bancolombia, el banco con el que tenían el crédito hipotecario, se solidarizó con la tragedia y con todos los afectados por CDO. “El banco nos congeló la deuda, cada seis meses firmamos un ‘otro sí’, porque estamos a la espera de poder recuperar nuestra inversión”, agregó.
La situación para muchos no solo implicó efectos económicos, algunas de las víctimas presentaron daños psicológicos, emocionales y físicos. “Entender que uno perdió todos sus ahorros, todo el patrimonio, entender ese tipo de cosas es muy complicado. Eso acabó con sueños, con ilusiones, con proyectos de vida, por lo que también representó muchos daños morales”, apuntó.
Los propietarios solo esperan que la familia Villegas, propietaria de la constructora, cumpla con devolverles el dinero y recuperar el patrimonio. “Estamos enfrentados a un poder muy grande. No hubo manera de que ellos entendieran la dimensión de la tragedia. Somos 14 edificios en la ciudad, cerca de 3.500 familias afectadas, todos viviendo arrimados o en arriendo”.
Hernández dice que como víctimas se sienten solos y que ninguna autoridad se hace cargo. “Nosotros le rogamos a las autoridades y a los líderes de esta ciudad para que le hagan un llamado a esta constructora, que sabemos tienen un poder económico muy grande, para que nos devuelvan la plata que les pagamos de buena fe porque fuimos engañados, porque nos entregaron una casa en el aire, un edificio y un apartamento que no vale nada”.
El futuro
Diana Tobón, abogada y presidente del consejo de administración del Continental Towers, comentó que estaban a la espera del cumplimiento de la familia Villegas, en particular de la palabra del señor Álvaro Villegas.
“Recién empezó toda la tragedia, él siempre dijo que iba a hacer lo que la justicia le ordenara, ni más ni menos. Mientras la Superintendencia de Industria y Comercio se pronunció habían dos posiciones: la constructora quería re-potenciar los edificios y los propietarios queríamos la devolución del dinero. Cuando finalmente se pronunció la Superintendencia reconoció que ese no es el producto que compramos y que en Colombia los consumidores no están obligados a quedarse con un producto defectuoso y menos cuando se trata de un apartamento”, explicó Tobón.
En ese instante todas las víctimas confiaron en la palabra del señor Villegas, sin embargo, hasta la fecha no se ha realizado la devolución de los dineros y por el contrario se ha dilatado el proceso.
Acción de grupo
Existe actualmente una acción de grupo que está en curso desde hace 2 años, a través de la cual 68 propietarios le exigen a la administración municipal responder por lo que consideran es su responsabilidad por omisión.
“Tenemos vinculados a todos los que han tenido que ver con lo que sucedió, pero principalmente al Municipio de Medellín. Esta demanda está en el juzgado 24 administrativo que es donde tenemos puestas nuestras esperanzas, porque los municipios son las entidades en Colombia que están obligadas a controlar que toda la actividad constructiva se desarrolle conforme a la norma técnica colombiana de sismorresistencia”, indicó la abogada.
Las bases para la demanda contra el municipio están en que cuando un consumidor compra sobre planos, parte del principio que si el proyecto tiene licencia ha pasado por una revisión de los planos y de todos los detalles por parte del estado.
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La cifra
Los apartamentos de Continental Towers tenían un costo promedio de $250.000.000.
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