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Viena Ruiz renació cuando decidió volver a Medellín

La reconocida periodista, modelo y presentadora de la televisión colombiana ha vivido tantos momentos de gloria como de tristeza.

En entrevista con PUBLIMETRO destapó su corazón, revivió los momentos que más le han marcado la vida, habló de sus hijos, de sus matrimonios, de Dios, de lo que significó volver a su ciudad y al periodismo.

¿Cuándo decides regresar a Medellín y por qué?

Es una historia larga (risas)… creo que es normal, todos los seres humanos pasamos por buenos y malos momentos. Toda la vida en Bogotá -viví más 27 años allá-, aprendí lo que es estar sola. Igual estuve en mis tres matrimonios, pero allá aprendí a estar sola, a vivir momentos lindos y a vivir momentos difíciles también, pero los momentos difíciles vivirlos en soledad son muy duros, porque se le junta a uno todo. Mientras que toda mi familia estaba en Medellín, mi trabajo, los noticieros, las revistas siempre estaban en Bogotá, pero llegó el momento más fuerte que he tenido en mi vida, que fue hace dos años y medio y decidí regresar a vivir a Medellín, porque teniendo yo a mi familia, teniendo a mi ciudad y a mi gente, pensé ¿cómo no voy a estar este momento tan difícil acompañada?, y aprendí que realmente cuando uno está pasando los momentos duros, en familia es muy distinto a estar uno solo.

¿Exactamente ese momento cómo fue?

Yo tenía todos mis ahorros en Interbolsa y los perdí, perdí todos los ahorros de toda mi vida. Todo lo que yo trabajaba lo ahorraba. Fui criada en Estados Unidos y la cultura anglosajona te enseña que debes ahorrar y tener tus ahorros para tu vejez, yo fui criada así. Entonces cuando Interbolsa quebró perdí todos mis ahorros. El papá de mi bebé se vio involucrado en ese caso, perdí mi trabajo y tenía deudas.

En esa situación, ¿qué pensó hacer?

Que la vida continúa, yo tengo cuatro hijos, perdí toda mi plata y mi trabajo, cosas a las que los humanos les tenemos tanto miedo. Fue un momento muy duro. La gente piensa que por ser un personaje público la vida es perfecta, pero todos los seres humanos tenemos altibajos.

¿Volver a Medellín significó volver a la casa de su mamá?

Sí, me vine a la casa de mi mamá, llegué con 70 cajas en las que había ropa, juguetes de mis cuatro hijos y con una mano adelante y la otra atrás. Mi mamá hermosa, yo no sé qué habría hecho sin el apoyo de mi mamá, ella me recibió después que yo me fui desde los 18 años.

Y de esas conversaciones con su mamá en esos momentos, ¿qué recuerda?

Ella me dijo: esta es tu casa y siempre será tu casa. Fue un momento tan bonito, es que el solo hecho de que ella me hubiera abierto las puertas de su casa. Yo desde los 18 años me había ido, porque me casé a esa edad, además también siempre había trabajado sin parar y llegar donde mi mamá con cuatro hijos y sin nada, uno se siente muy mal.

¿Qué pasó son su vida social y tantos amigos que tenía?

Muchas personas que yo creía que eran mis amigas, obvio, me dieron la espalda. Muchos “amigos” desaparecieron, las máscaras a muchos se les cayó. Y le doy gracias a Dios porque hoy sé quiénes son mis verdaderos amigos y que son un tesoro invaluable. En ese momento lo único que me abrió las puertas fue Nuskin, una empresa de mercado en red de productos de belleza.

Entonces, ¿se dedicó a trabajar vendiendo productos de belleza?

Me dediqué a Nuskin, trabajaba desde la mañana hasta la media noche, en ese año me fue muy bien a nivel económico y laboral, conocí unas personas maravillosas. Toqué tantas puertas que hoy le agradezco mucho a las personas que me apoyaron y que me compraron los productos.

¿Cómo fue el cambio de ciudad para los trillizos?

Mi mamá, mis hermanas y mi familia fueron un apoyo muy grande. Mi mamá me ayudó mucho. Con los colegios de los trillizos, le tengo que dar el crédito a Humberto, el papá de los trillizos que siempre ha respondido por lo que le toca a él legalmente. Ese año que me dediqué a Nuskin, viajé mucho y era muy poco tiempo el que estaba en la casa, entonces ese diciembre que descansé, me dijeron que durante ese año no los había determinado, que no sabía nada de ellos y eso me dio muy duro, porque yo tuve a mis hijos para estar con ellos, entonces le dije a Dios: mi prioridad son mis hijos, voy a parar el negocio de Nuskin, no sé qué vas a hacer, pero yo tengo mis hijos y tengo que seguir haciendo algo. Y a los ocho días me llamaron de Televid.

Y, ¿cómo fue ese regreso a la televisión?

Fue para trabajar en un programa con el Padre Juan Diego Ruíz, en ese momento me di cuenta que Dios está conmigo, amé ese programa, fue un año feliz. Llevo haciendo televisión desde los 18 años, entonces era como volver a mi esencia, yo estudié periodismo y estaba otra vez siendo periodista y entrevistadora, es tan rico volver a lo que sabes y te gusta hacer. No ganaba tanta plata, pero las prioridades cambian tanto.

¿Esa conexión con Dios siempre ha estado o se fortaleció con tantas situaciones?

Siempre he estado con Dios, pero todos tenemos altibajos, pero pocas personas en el mundo pasan por situaciones tan extremas como las que yo viví, porque toqué un fondo muy fuerte y conocí la verdadera dimensión de Dios, de lo que es realmente. Entonces yo pongo mis expectativas, mis sueños, mis temores en las manos de Dios. Vivo el día a día, vivo el presente.

¿Ha pensado en escribir un libro después de haber vivido tantos momentos difíciles al mismo tiempo?

Me lo han estado diciendo últimamente, entonces ya Dios me está enviado ese mensaje (risas), es que hace poco hablé con una amiga, que la amo, que vive en Chile y me dijo que tenía que escribir mi historia de superación, porque en cuestión de años me pasaron muchos tsunamis. De pronto, me parecería muy lindo.

¿Piensa en volver a darse una oportunidad en el amor?

Ay, no, por ahora no (risas), yo fui casada tres veces, soy la mujer más romántica, pero ya con esos tres matrimonios, digo: no, va a sonar muy extraño, pero después de tener una pareja aquí en Medellín, me dije: tengo trillizos adolescentes, un bebé y tengo novio, eso es un voltaje muy alto. Yo tengo que concentrarme en mis hijos y en mí, entonces no quiero salir con nadie.

¿Qué piensa hoy al mirar hacia atrás y ver todo lo que ha vivido?

Todos los días me despierto y le digo: gracias Dios. Siento una felicidad interna que no me la quitan y eso es Dios. Hoy puedo mirar atrás y decir: ¡wow, ya pasó, lo logré! No miro el pasado con resentimiento, digo que fue un gran colador de amistades y qué bonito fue descubrir la familia tan hermosa que tengo.

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