La pandemia de la covid-19 impuso una serie de retos muy importantes en diferentes industrias que se vieron afectadas por el confinamiento. Una de ellas fue la moda y los consiguientes cierres económicos necesarios para contenerla que presentaron para las industrias del vestido, el calzado y el textil una serie de desafíos sin precedentes.
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A comienzos de la pandemia, se estableció a través de la rápida y creciente demanda la inclusión del tapabocas como la pieza de moda por excelencia. Pero también hubo otros retos al ver el cierre de tantas marcas por la pandemia y las afectaciones en las cadenas de suplemento y producción, así como en la pérdida de empleos: la pronta digitalización (y su transformación) y al menos, en ciertos contextos, el abogar por una industria de moda más ética y menos contaminante.
De esta manera, los procesos de diseño circular, el comercio social y la moda virtual se cuentan entre las cinco ideas clave que tendrán repercusión en la moda en 2022 y del tema hablamos con María Alejandra Pascua, experta en futuro para WGSN.
¿Cómo influirá la crisis actual y el período de aislamiento que acabamos de vivir en los deseos de los consumidores de moda del futuro?
Hemos visto una serie de propuestas para las próximas temporadas, donde uno de los focos principales es el vestuario digital. Esto continuará siendo relevante y creciendo en los próximos años, especialmente si tomamos en cuenta el crecimiento de los esports y la vida en digital, así como el auge de las skins en el tercer espacio. Ahora, mientras que por un lado vamos a ver ese auge de lo digital y fascinación por la estética en esta misma categoría, por otro vamos a ver consumidores que van a tomar una estética un poco más minimalista, sin ser aburrida, atemporal y detalles utilitarios.
¿Considera que la comodidad seguirá siendo un criterio primordial en las compras tras lo que se ha vivido en el confinamiento por la pandemia?
Sí, parte de lo que hemos visto después de la finalización de cuarentenas y confinamientos, en cifras, es el aumento de ventas de siluetas más holgadas y cómodas, así como elásticos en la cintura para hacer prevalecer la comodidad. Además, dentro de las últimas propuestas de pasarelas el tema común, sin importar la estética de la tendencia, fue la comodidad.
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¿Hay alguna tendencia específica en cuanto a materiales de protección para las prendas que se diseñen ahora?
En lo que respecta a materiales de protección no estamos viendo únicamente los antifluidos , sino también propuestas tecnológicas innovadoras. Dentro de las características que vemos en estos materiales podemos encontrar propiedades antivirales, antimicrobianas, protección contra la contaminación e incluso innovaciones para autolimpieza de estos textiles.
Ahora bien, algo en lo que se está incursionando de forma un poco más comercial es la mezcla con hilos de metales como el cobre y la plata. Esta última está siendo usada por Lululemon como parte de sus innovaciones textiles. Y es que, desde antes de la pandemia, mencionamos los materiales bioactivos como parte de las innovaciones en la industria textil. Y parte de las prioridades de estos materiales es ser biodegradables, reduciendo así la huella de carbono de la industria de la moda, pero lo interesante es que se han desarrollado innovaciones como Airmem de Singtex, que tiene propiedades transpirables, antiolor y resistencia al agua.
¿Tomará la moda sostenible un papel más relevante en los próximos años luego de lo que se está viviendo?
Sí, la situación actual nos ha hecho reflexionar mucho sobre lo que está pasando y lo que estamos haciendo como sociedad y con el planeta, por lo que notamos que en los diferentes ámbitos la sostenibilidad cobra un papel más importante que antes.
Una de las conclusiones principales de la pandemia es que la forma en que consumíamos anteriormente no era sostenible a largo plazo, lo que ha hecho que seamos más críticos y como consumidores estemos dispuestos a gastar un poco más por consumir mejor y disminuir el gasto a largo plazo al necesitar menos prendas para suplir.
¿Qué pasará con la moda cuando la pandemia quede atrás?, ¿cuáles serán los aprendizajes?
Uno de los mensajes más interesantes que hemos estado viendo a lo largo de América Latina es la propuesta para replantear la industria de la moda y cómo varias marcas lo están haciendo desde diferentes puntos, desde la recuperación de fibras, hasta la modificación del stock para renovarlo.
La moda y el vestuario son algo que tradicionalmente puede llegar a ser considerado como superfluo o superficial, pero como sociedad estamos reconociendo su importancia, incluso desde elementos como el tapabocas, donde estamos viendo que comienza a convertirse no solo en un elemento de protección, sino también en un complemento de moda.
Adicional a la importancia de la comodidad, utilitarismo, protección y sostenibilidad, otro aprendizaje que nos queda de este año tiene que ver directamente con el consumo, pues fue una de las pocas decisiones sobre las que hemos tenido control en estos últimos meses. El consumo controlado y crítico es algo que hemos visto en este tiempo y puede extenderse hacia el futuro.
El efecto que las guerras y las pandemias pasadas produjo en la moda, demuestra que tendremos que centrarnos en la practicidad sobre la vanidad. ¿Cuál es su opinión al respecto?
En mi opinión no se debe sacrificar la estética o vanidad por la practicidad. Precisamente es algo que estamos viendo desde las últimas colecciones de pasarelas, donde la practicidad es clave, pero no se deja de lado la estética y el reto aquí está más enfocado en los diseñadores y las marcas que para el consumidor: precisamente, llegar a conciliar estos dos conceptos en las prendas y colecciones.
El consumidor latino es muy consciente de su estética y vanidoso. El labial rojo se volvió un impulsor clave durante la segunda guerra mundial en el Reino Unido… así que, por más que surja la necesidad de ser práctico, no quiere decir que vayamos a dejar de ser vanidosos o fijarnos en nuestra estética.