Estilo de Vida

Johana Bahamón devuelve su humanidad a los presos contando sus historias

La activista lanza un libro con las historias de los internos colombianos que ayudaron a cambiar su vida y las de miles de ellos en todo el país.

A Johana Bahamón la definen dos cosas: compasión y determinación. Estas dos cualidades le permitieron hacerse una gran carrera en la televisión y así ser recordada por miles de colombianos al verla en la pantalla chica. Pero también la impulsaron a dejar la actuación y consagrarse por el bienestar y el cambio de vida de una de las poblaciones más vulneradas y estigmatizadas del país: los miles de internos que viven hacinados, casi que en condiciones infrahumanas y cuya vida parece haber terminado justo ahí. Johana les dio otra.

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Otra a través de los múltiples proyectos que ha liderado a través de Acción Interna y que les han mostrado a muchos internos que sus historias valen, sus vidas valen y que estas pueden tomar otros rumbos.

De esta manera, se ha convertido en la campeona de todos ellos y sus familias. Esta labor fue reconocida con el premio Mujer Cafam 2020, por algunas revitas y diarios internacionales. Ahora, decidió contar parte de la gran historia por medio de un libro titulado «Historias privadas de la libertad» de Editorial Planeta.

Ella tuvo algunos momentos puntuales que la llevaron a cambiar en todo lo que creía, más aún cuando conoció, hace cerca de ocho años años, las condiciones en las que vivían las internas de la cárcel del Buen Pastor, al ser jurado de un concurso. Además, por una mujer que le contó una historia que fue determinante en su decisión de cambio.

«La primera vez que fui a una cárcel, a la primera mujer que me encontré le pregunté por qué estaba ahí, y me respondió que la razón era que había matado a su marido porque lo había encontrado violando a su hijo de tres años. Mi hijo, Simón Cabas en ese momento tenía tres años, así que sentí agradecimiento hacia la vida y que no me hubiera tocado un esposo como el de ella porque seguramente yo estaría en su situación» explicó en entrevista con este medio.

Entonces cambiar las condiciones de muchos presos en Colombia que no solo se enfrentan a la deshumanización por sus condiciones en los centros penitenciarios, sino también a la deshumanización simbólica a través de los prejuicios y la estigmatización por parte de la sociedad, se convirtió en un reto.

«Desde el primer día que fui a la cárcel, para mí fue imposible ser indiferente a esa realidad que pude ver, y sobre todo a los seres humanos que conocí, a sus historias, sus vidas. Eso me hizo verlos desde el primer día como seres humanos, como lo que son, porque todos hemos cometido errores, todos hemos pedido segundas oportunidades, a la gran mayoría nos han dado segundas oportunidades, y tenemos que empezar nosotros a darlas» añade.

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Ahora en su libro comparte cómo ha vivido los primeros siete años en la cárcel y para esto, lo hizo a través de ocho historias «tratamos de escoger ocho personas muy diferentes para que puedan representar un poco a toda nuestra población carcelaria. Son historias de vida donde ellos muy generosamente abrieron su corazón a nosotros y nos contaron sus historias, sus historias privadas y por eso el nombre, porque son historias privadas de ellos y a través de los mismos contamos y hacemos una reflexión sobre las segundas oportunidades. Creo que en este momento en el que salió el libro es perfecto por lo que estamos viviendo con esta pandemia, el encierro; así que creo que es una buena oportunidad y no creo que haya sido coincidencia que en este momento fuera de lanzamiento de nuestro libro».

Pero más allá de los logros, sigue existiendo el reto de cambiar la mentalidad de la sociedad ante los internos, explica desde su experiencia que dicho cambio mueve fibras «las historias duras me afectan, saber que estamos haciendo algo por ellos y por mejorar un poco su situación, su calidad de vida, por generar oportunidades para nuestra población carcelaria que en su mayoría no han tenido ni la primera oportunidad, hace que compense un poco el dolor que causa conocer todas sus realidades».

Enfatiza que este cambio de vida ha sido el mejor que ha tenido, «mi vida es antes y después de la cárcel», esto particularmente se debe a la cantidad de aprendizajes y enseñanzas diarias que recibe  y que tienen un valor gigante, dice que uno de esos es que por ejemplo, «he aprendido a valorar mucho más y a necesitar mucho menos».

Pero eso no es todo lo que se debe resaltar de esta mujer que se ha convertido en símbolo para muchos colombianos, con su fundación  Acción Interna, ha gestado proyectos en cerca de 30 cárceles, pero muy pronto esperan llegar a más penitenciarías que existen en el país. Acción Interna se ha enfocado en el arte a través de las obras teatrales y el emprendimiento. Esto, a través de la llamada ‘Agencia Interna’ (de publicidad), una barbería, talleres de confección, entre otros.

Incluso todas las ideas que se desarrollan con dicha agencia ya fueron llevadas a otro nivel, «en este momento estamos con el Banco Interamericano de Desarrollo mostrando toda nuestra metodología de intervención para que esta pueda ser replicada en cualquier cárcel del mundo» afirma.

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