En el país ya existen varias marcas, desde grandes y pequeños retailers hasta diseñadores de autor, que ya hacen todo tipo de piezas de moda protectiva en la crisis del COVID-19. Desde tapabocas, chaquetas antifluido, hasta caretas y trajes de protección. La moda protectiva se vuelve masiva con el LCI y el Gran San
Dependiendo de la marca y su rango, hay precios para todos los presupuestos, pero jamás se había pensado en hacer trajes protectivos al alcance de miles de personas que por fuerza ya tienen que trabajar en la reapertura gradual de la economía.
La moda protectiva se vuelve masiva con el LCI y el Gran San
Este problema fue el que resolvieron en conjunto LCI College y su programa de Gestión de la Moda, la Fundación Santa Fe y el Gran San, uno de los mayores productores de moda nacional (sino que el mayor). Entre los tres sectores idearon un traje protectivo que está disponible por menos de cincuenta mil pesos y que cuenta con el aval científico de la fundación.
Y, cuyo 5% de ganancias se donarán para adquirir material médico para esta institución médica ante la pandemia y que además, ayudará a 200 empresas de San Victorino a reactivar su producción y asimismo, al sector de la moda masiva. “Luego de que LCI College hizo los acercamientos con la Fundación Santa Fe, tomamos la decisión de generar este producto supervisado por la misma y en conjunto hicimos varios prototipos a los que les hicieron las correcciones. La idea es que sean económicos, livianos, fácilmente usables y lavables. Están hechos en un material del que están hechas las chaquetas que usan los ciclistas y que generará realmente reactivación en la industria de la confección en el Gran San. La idea es empezar a generar 500 overoles diarios y se venderá a través de nuestras empresas, nuestra página web y redes sociales”, le explica a PUBLIMETRO Yansen Estupiñán, director de El Gran San.
“Ahora nuestro desafío es hacerle entender a la ciudadanía que este producto, que como los de uso masivo puede ser plagiado, irá para ayudar a la Fundación Santa Fe y la única forma de hacerlo es comprarles a los establecimientos autorizados”.
Creando un prototipo
Sandra Merchán, directora del programa de Gestión de la Moda del LCI College fue la que pensó con los estudiantes, docentes y directivos cómo podría responder la moda ante la pandemia y ellos se acercaron a Darío Londoño, Director de Salud Poblacional de la fundación. De esta manera, se gestó el desarrollo de la pieza, que duró alrededor de un mes. “El doctor Londoño nos expresó generosamente sus inquietudes y sus preocupaciones ante la ciudadanía expuesta por la apertura. Nos habló de un elemento liviano, que fuera sencillo, y así creamos un overol. Y producirlo debería ser rápido, porque ya hay personas trabajando sin protección, pero esto debía ser de una manera económica. Por eso con el Gran San tuvimos gran apertura y un rápido entendimiento, de cómo crear una pieza que la persona pudiera comprar sin ver afectado su bolsillo. Así, con el parte de ganancias dadas a la fundación, el círculo es completo, pues se beneficia la ciudadanía y también el personal médico para adaptar sus UCIS en todo lo relacionado con dotación para el COVID- 19”; le explica Merchán a Publimetro.
“Como actores involucrados en este proceso estamos felices de que los estudiantes piensen en la moda de esa manera, porque esta debe ser una intersección entre diferentes sectores” Sandra Merchán
El muestrario de telas y prototipos fue cubierto tanto por estudiantes como por el Gran San en trabajo conjunto. Este incluyó varios aprendizajes, como unir los procesos de validación científicos con los del retail y también adaptar canales de venta digitales, como han hecho muchas marcas desde que esto comenzó. “Como actores involucrados en este proceso estamos felices de que los estudiantes piensen en la moda de esa manera, porque esta debe ser una intersección entre diferentes sectores y vamos a seguir trabajando con ellos según las necesidades que se presenten”, añade Sandra Merchán.