Perú es un destino apetecido por muchos pues invita a soñar y además despierta la curiosidad del viajero. Este país es rico culturalmente, geograficamente y reconocido por su alta cocina, también constituye un lugar capaz de satisfacer a un buen número de viajeros por su historia. Y si de este último tema se habla, la primera referencia que llega a la mente es Machu Picchu, ¿quién no ha soñado alguna vez con las huellas de la civilización inca desaparecida? por eso una estancia en este país será la ocasión perfecta para visitar esta ciudad excepcional y cargada de historia.
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La ciudad inca de Machu Picchu es uno de los destinos más importantes en América del Sur y hasta del mundo entero. Quienes viajan a este lugar suelen tener altas expectativas y temen ser defraudados por la variación del clima en algunas épocas del año; sin embargo, a medida que la recorren, se dan cuenta que valió totalmente los kilómetros de trayecto para llegar hasta esta ciudad de piedra del siglo XV que solo esconde magia.
La ciudadela de Machu Picchu es una de las siete maravillas del mundo que tiene mucho por decir sobre su pasado, por eso la mejor manera de conocer la historia de un sitio es recorriendo sus senderos; para este caso hay diferentes rutas que conducen hasta allí y cada una lleva al visitante por diferentes lugares y experiencias.
Para quienes no han tenido la foturna de estar en dicho Santuario, deben saber que este mágico lugar fue descubierto el 24 de julio de 1911, por el explorador norteamericano Hiram Bingham quien localizó las ruinas de Machu Picchu, buscando la ciudad sagrada de Vilcamba, última capital del Imperio Inca, en medio de su búsqueda esuchó de la existencia de estas ruinas y se encontró con una ciudad perdida cubierta de vegetación y que no presentaba signos de haber sido pisada por los conquistadores.
En medio de la historia los guías de la zona le contarán cómo funcionaba la ciudad, sus terrazas agrícolas y los desaparecidos techos de paja de sus casas, de los que que sólo un par han sido restauradas para que usted pueda imaginarse como lucían las viviendas en las que habitaban los locales.
Después de una caminata de alrededor de dos horas, la recompensa a su esfuerzo será la clásica postal de Machu Picchu frente a sus ojos. Una experiencia sencillamente imperdible.
Sobre su sonado encanto, es de resaltar que la ciudad entera fue construida en torno a la armonía con la Pachamama (deificación inca de la Madre Naturaleza), y esa energía que desprende es casi tangible. Es más, hay lugares puntuales en la ciudad en las que los seguidores de distintas religiones han detectado puntos energéticos de gran fuerza. Allí no sólo gozará viendo las montañas sagradas desde la ciudadela sino también contemplar la majestuosa silueta de que envuelve el lugar, incluyendo la cima de la montaña Huayna Picchu.
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Es tanta la energía que emana de la tierra, que incluso se habla de un vórtice energía, que solo podría ser comparada con la energía en lugares como el Tíbet u otros espacios alrededor del mundo.
La joya maestra de los incas, quienes forjaron una de las culturas más enigmáticas que existe en el mundo, no solo sobresale por su belleza arquitectónica labrada cuidadosamente en piedra, sino también por su increíble belleza natural. Su ubicación la hace aún más increíble, ya que el propio viaje para llegar hasta allí es toda una aventura.
CÓMO LLEGAR
A Machu Picchu se puede llegar de diversas formas: por una caminata de cuatro días, por los senderos del camino inca que además es considerada una de las mejores caminatas del mundo. También puede llegar en tren; esta ruta, como todo allí es asombroso, entre otras cosas se encuentra como una de las rutas cortas en tren más increíbles del mundo, sin embargo es de resaltar que el viaje en tren es la opción más sencilla, la más rápida pero también la de más costo. Las compañías ferroviarias que allí operan funcionan con rutas desde Cusco o para quienes hacen la mitad del recorrido en bus, la otra estación queda ubicada en Ollantaytambo.
Al llegar hasta el pueblo de Aguas Calientes que es el final del recorrido en tren, también hay dos opciones para subir la montaña que le permite entrar a Machu Picchu: puede optar por un bus que tiene un costo de 48 dólares (ida y regreso) o subir caminando por cerca de dos horas.
Una vez arriba debe cancelar el tiquete de ingreso que oscila los cerca de 20 dólares aproximadamente.
Es de resaltar que en el ingreso:
- Primer turno: le permite acceder de 6 de la mañana a 12 del mediodía.
- Segundo turno: si tiene un ticket para el segundo turno, podrá entrar de 12 del mediodía a 17:30h.
DÓNDE HOSPEDARSE
La mayoría de turistas que visitan este lugar, suelen optar por hospedarse en la ciudad de Cusco, desde donde se toma los trenes o buses para llegar hasta Aguas Calientes.
Una vez en la histórica ciudad y a pocas cuadras de la Plaza Mayor, se encuentra el JW Marriott El Convento Cusco un hotel de cinco estrellas que está completamente rodeado de los principales lugares de interés histórico, como la Plaza de Armas, la Catedral, el museo Qoricancha y el Templo de San Blas. El Aeropuerto Internacional Alejandro Velasco Astete (CUZ) queda a 3 kilómetros de la propiedad.
El hotel boutique está construido a 3,400 metros sobre el nivel del mar, y cada una de sus 153 habitaciones cuenta con un sistema de oxígeno suplementario para la máxima comodidad de quienes sufren de mal de altura y quieren acoplarse antes de ir a Machu Picchu.
Y si tiene fascinación por la historia, allí podrá disfrutar del diseño personalizado en torno al antiguo Convento Colonial de San Agustín del Siglo XVI, declarado Patrimonio Cultural por el Gobierno Peruano. El convento ha sido cuidadosamente restaurado, y desde este lugar se pueden apreciar los restos arqueológicos de los periodos Pre-Inca, Inca, Colonial, Republicano y Contemporáneo, proporcionando al hotel un carácter único en Cusco, ofreciendo una experiencia cultural inigualable.