«Estoy lista para probar cosas si van a beneficiar mi salud y mi cuerpo, o el de mis hijos”, señaló Jay Woodall tras las criticas de varias personas por el uso que le dio a su placenta.
La mujer de 33 años dio a luz a su cuarto hijo y usó la placenta para convertirla en un batido y dárselo a su familia.
Además, Jay la utilizó lo que «sobró» para convertirla en píldoras y deshidrató el cordón umbilical para convertirlo en un recuerdo, señala el New York Post.
Las reacciones, confiesa la joven, han sido mixtas, “hay personas que se enojan y otras están interesadas”, pero recalca que “algunas piensan que es un poco asqueroso, no muy apetitoso”.
Jay tomó parte del batido y además dio de beber a su marido y a su hijo de 3 años, que según ella, dijo que “era delicioso”.
La mujer dice que tiene un sabor metálico, como a hígado, pero que era muy apetecible ya que estaba combinado con bayas y coco.
«Tuve un impulso de energía, un sueño más profundo y mi estado de ánimo mejoró. Me sentí realmente bien”, aseguró.
¿Tomarían?