Un equipo de científicos de la Universidad James Cook (Australia) y de la Universidad de Cardiff (Reino Unido) ha llevado a cabo una investigación que nos sitúa un paso más cerca de las vacunas en pastilla que se administran por vía oral. Además, se trata de una vacuna sintética, por lo que frente a las biológicas también tiene la ventaja de que no necesita refrigeración.
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Las vacunas convencionales funcionan al introducir una forma segura de un germen, o una parte inocua de ese germen (habitualmente proteínas) en nuestro cuerpo. Estas proteínas extrañas estimulan nuestras células inmunes, que posteriormente recuerdan el elemento extraño y lanzan un ataque más fuerte en caso de que lo vuelvan a detectar.
Las vacunas no se administran oralmente debido a que la mayoría de los gérmenes o las proteínas normales se dirigieren en caso de llegar al estómago. Sin embargo, el nuevo enfoque de vacunas sintéticas planteado por estos investigadores es diferente, puesto que tienen la capacidad de sobrevivir a los ácidos y enzimas del estómago.
Para la creación de las vacunas sintéticas, el equipo ha utilizado aminoácidos D, que son imágenes en espejo de los aminoácidos L, los componentes básicos de todas las proteínas. “Si bien los aminoácidos L son comunes en la naturaleza, los aminoácidos D son raros”, explica John Miles, de la Universidad James Cook. “Nos atrajeron porque son muy estables, lo que significa que estos compuestos son más difíciles de degradar”.
Tras probar los aminoácidos D en varias combinaciones, los investigadores seleccionaron una versión que en las pruebas con ratones provocó con éxito que las células T del sistema inmune lanzasen un ataque defensivo, protegiendo a los roedores de la gripe porcina. La vacuna también funcionó en las pruebas con células humanas, y demostraron que es estable tanto en el ácido estomacal como en la sangre humana, de manera que se podría administrar por vía oral en una pastilla.
“Tenemos mucho trabajo por hacer para que estas vacunas funcionen en poblaciones más grandes y contra otros virus y posiblemente cáncer”, afirma Miles. “Pero lo que tenemos ahora es una plataforma prometedora para la producción de vacunas sintéticas. Esperamos que estos nuevos conceptos y avances ayuden a hacer una contribución significativa a la salud en todo el mundo”.