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Por esta razón le consultamos al experto Nicolás Nieny de Santa Rita, las verdades y mentiras más comunes alrededor del tema:
“Sólo los expertos pueden disfrutar del vino”: Falso
El primer paso para saber de vinos es tan sencillo como saber si lo que está bebiendo le gusta, o no. Si le gusta el vino sólo disfrútelo, el resto del conocimiento irá llegando con la experiencia.
“Botella destapada, botella consumida”: Verdadero
Mientras no cuenten con tapones de goma o válvulas que permiten sacar el aire de la botella, una vez descorchado o destapado, las características del vino empiezan a cambiar rápidamente hasta completar su proceso de convertirse en acido acético (vinagre).
“Viendo el color del vino se sabe si es bueno”: Falso
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La única manera de saberlo es probándolo. Aunque es posible detectar defectos en la fase olfativa, no queda otra que beber.
“Los vinos jóvenes son los de peor calidad”: Falso
El vino es un gusto adquirido y para una persona que apenas comienza su recorrido en el mundo de los en vinos, uno que sea joven le parecerá mucho más amigable y fácil de tomar. Hay personas que por gustos propios prefieren otros sabores pero el tiempo de añejamiento no necesariamente determina si el vino es de buena o mala calidad.
“Los vinos tintos van con carnes rojas y los blancos con pescado”: Verdadero
Normalmente se combinan los vinos de mayor peso con platos de mayor contenido de sabor. En ese caso esta afirmación sería correcta, pero no todos los vinos tintos son contundentes ni todos los pescados son suaves. Lo más recomendable es escoger el vino y la comida con niveles muy similares de contundencia y potencia en boca.
“Entre más caro, mejor”: Falso
El mejor vino es el que a la persona le guste. No por ser un vino de alto costo puede llegar a ser el mejor para un paladar de gustos sencillos. También se debe tener en cuenta la ocasión y momento de consumo ya que lo que hace que uno vino sea especial es la experiencia que se vive junto a el y no su costo.
“Para acompañar quesos, el vino es el mejor”: Verdadero
El mundo de los quesos es casi tan amplio como el de los vinos, así que para algunos quesos un vino tinto es la mejor opción, pero para otros los vinos blancos y espumosos son mucho más apropiados. En cuestiones de maridaje no todo esta escrito.
“Mientras más viejo, mejor”: Falso
Cada vino tiene su momento óptimo para ser consumido. Algunos muy frescos (cosechas cercanas al año actual), otros con más maduración, y algunos otros a los que los años en botella les regalan características excepcionales, pero todo esto es relativo al tipo de vino del que estemos hablando.
“El vino debe consumirse a temperatura ambiente”: Falso
La temperatura ambiente es relativa al lugar donde nos encontremos. Cada cepa tiene una temperatura sugerida y la manera de elaboración también influye. Cuando la temperatura no es la correcta esto puede provocar que los sabores y aromas cambien (no siempre de manera positiva). En términos generales, se recomienda que los vinos blancos y rosados se consuman fríos mientras que los tintos pueden tomarse sobre los 18° grados centígrados.
“Oler el corcho no sirve para saber si el vino está bueno”: Verdadero
El corcho normalmente debe oler a vino, ya que lleva tiempo en contacto con el y poco después de salir de la botella huele a corcho, pero no es un indicador absoluto del estado. Al vino siempre hay que darle la oportunidad en la copa.
“El vino blanco entre mas frío, mejor”: Falso
Cuando el vino esta demasiado frío se inhiben sus aromas y baja la sensación de volumen. Se pierden más cualidades de las que se ganan. Adicionalmente, se corre el riesgo de no poder notar el estado real del vino.
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