Un intercambio académico es la oportunidad de vivir en otro lugar del mundo, aprender de otras culturas y formas de vida, que le permitirán a los jóvenes tomar decisiones más estructuradas respecto a su futuro profesional.
Una de las modalidades de intercambio académico más comunes y asequibles para los jóvenes hoy en día es el modelo de familias anfitrionas donde el estudiante es acogido por una núcleo familiar en el país de destino que le brindará techo, alimentación y apoyo durante el tiempo que dure su experiencia académica.
Por eso es fundamental que los jóvenes que integran o están a punto de hacer parte de una familia anfitriona tengan en cuenta las siguientes recomendaciones para que sea una experiencia enriquecedora para todos.
Mente abierta: Aunque un intercambio puede parecer algo radical en principio, es fundamental que el estudiante esté abierto a la nueva cultura, la familia con la que va a vivir y el estilo de enseñanza. Es importante entender que es un nuevo ciclo de vida y algunas cosas pueden no ser como su hogar de destino.
Respetar: Mirar y valorar con respeto las costumbres y tradiciones de la familia anfitriona y del país en el que va a realizar el intercambio fomentará la cercanía y entendimiento con las personas que lo van a acoger.
Ser aplicado: Uno de los objetivos principales de un intercambio es estudiar, por eso cada estudiante es responsable de inscribir las materias y asistir regularmente a las clases correspondientes para mantener o alcanzar el rendimiento necesario para continuar su programa académico.
Eliminar los prejuicios: Un intercambio estudiantil además de ser una experiencia educativa, contribuye al crecimiento personal de los jóvenes siempre y cuando sean capaces de dejar de lado los prejuicios y a aprender sobre otras formas de vida.
Responsabilidad: Es importante que sea consciente que va a llegar a integrar una familia por lo que debe acomodarse a su estilo de vida y cumplir con algunas responsabilidades y normas que le sean asignadas dentro de la dinámica familiar.
Es normal que los estudiantes puedan llegar a experimentar sentimientos de tristeza o soledad en los primeros días. Sin embargo, integrarse, asistir a diferentes actividades y poner en práctica el idioma del país anfitrión le ayudarán a estar mejor con el paso del tiempo.
Lea también