Testimonios de sobrevivientes del exilio colombiano fueron recogidos en la novela gráfica «Transparentes», del historietista e ilustrador español Javier De Isusi, un ejercicio en honor a la verdad de las víctimas presentado este viernes por la Comisión de la Verdad de Colombia y el Gobierno Vasco.
Contar una historia sobre el exilio como fenómeno invisible, diverso y complejo, que ha afectado a más de medio millón de colombianos por el conflicto armado, fue el reto que se propuso la Comisión de la Verdad para tejer una visión conjunta de lo que esto significa y que ha plasmado en su trabajo De Isusi, premio nacional de Comic 2020 en España.
«La idea de hacer este cómic, esta novela gráfica, tenía que ver con cómo contamos las historias de una forma que puedan ser escuchadas y en cómo ponerlas en el contexto en el que sucedieron. El arte de Javier ayuda a ponerla en ese contexto», dijo durante la presentación el comisionado Carlos Martín Beristain.
Beristain es un médico y psicólogo español con vasta experiencia en atención psicosocial de víctimas en el mundo que hace parte de la Comisión de la Verdad colombiana.
Para Beristain, creador del guión, la obra final ayuda a la Comisión de la Verdad, creada a instancias del acuerdo de paz firmado en 2016 entre el Gobierno colombiano y la antigua guerrilla de las FARC, en su trabajo de «hacer escuchar a la sociedad».
La novela, que surgió de los testimonios de víctimas en el exterior, tuvo además el apoyo técnico del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Colombia, la financiación y cooperación de la Dirección de Derechos Humanos del Gobierno Vasco y el Instituto Hegoa de estudios sobre desarrollo y cooperación internacional.
ESCUCHAR A LAS VÍCTIMAS
Para la Comisión de la Verdad, la intención de contar el drama de los exiliados, «no ha sido solo la de evidenciar el exilio como una violación de los derechos humanos sino la marca desgarradora que deja a su paso y las formas como las personas lo enfrentan».
La novela ha sido presentada como una contribución para mostrar el exilio como un legado para las nuevas generaciones y un aporte a la no repetición de los hechos victimizantes.
«Me impacta mucho lo que ha logrado Javier, es tan comprensiva la expresión que consigue, esa combinación de la vida sencilla de las familias y las dificultades internas de los exiliados tan bien captados», dijo el presidente de la Comisión de la Verdad, el sacerdote jesuita Francisco de Roux.
Según De Roux, la novela muestra los retos de las familias para incluso recoger sus propias historias, sus resistencias y esfuerzos, y las distintas formas de victimización que todavía sufren las víctimas del conflicto en Colombia.
La novela cuenta con frases como «a veces no hablamos para no herir, para no transmitir el dolor» o «el silencio es también un lenguaje, solo que no estamos preparados para escucharlo», pensamientos que aparecen en los diálogos de personajes que con nombres ficticios como «Camilo», «Olga», «Iris», «Ángela» o «Bernardo» hacen parte de la narración.
«No podemos reducir a las personas a solo cifras, por esa razón la recogida de testimonios que nos acercan a las víctimas, a su sufrimiento, a su resiliencia, en este caso víctimas desde el exilio, son para nosotros la manera más adecuada de contribuir a cumplir sus derechos a la verdad, justicia y reparación», dijo la directora de Víctimas y Derechos Humanos del Gobierno Vasco, Monika Hernando.