La polémica sobre qué quisieron decir Shakira y Jennifer López con su show en el Super Bowl, si sus movimientos y vestidos eran empoderamiento o denigración de la mujer, el uso del español en un evento tan estadounidense o las discusiones sobre quién lo hizo mejor dominan hoy las conversaciones en EE.UU., que celebra por segunda vez el Día Nacional de la Resaca del fútbol americano.
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Según las estadísticas de Workforce Institute, unas 17 millones de personas faltaron al trabajo este lunes, a consecuencia de la gran fiesta que es en ese país la final de la NFL (Liga Nacional de Fútbol Americano), pero pocos se han dedicado a analizar las razones de la victoria de los Chiefs de Kansas City sobre los 49ers de San Francisco.
Desde los principales diarios y revistas, hasta los usuarios de las redes sociales, siguen enfrascados en el primer espectáculo del medio tiempo en el que se habló y cantó en español y en el que se presentó una mezcla de música clásica, rock pesado, pop latino, afrobeat y salsa.
Un «show», por algunos clasificado de «polémico», en el que, además, Shakira y JLo iban cambiando piezas de vestuario cada vez más atrevidas, con movimientos que iban desde la sensualidad hasta la sexualidad.
El sitio web de noticias de extrema derecha Breitbart News, que apoya incondicionalmente al presidente Donald Trump, ha difundido un video -en el que se juntaron todas las tomas de los movimientos más sensuales de las dos estrellas- con el texto «el ‘strip show’ y el agarre de la entrepierna en el medio tiempo recuerda que la NFL está en contra de convertir a las mujeres en un objeto».
En las redes se vieron también protestas contra el espectáculo, en las que usuarios lo han llamado «obsceno» o que va «contra los valores familiares».
La polémica estuvo servida: en respuesta, otros han publicado fotos en el mismo «show» de Prince, Michael Jackson y Adam Levine, el cantante de la banda Maroon 5 que se presentó en el Super Bowl en 2019, sin camisa y agarrándose los genitales. «Sobre esto no dijeron nada. ¿Doble mensaje?», escribió una usuaria, de nombre Jessica Lynn.
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En las redes la crítica a los bailes fue acompañada, en algunos casos, con el rechazo de algunos de la decisión de las artistas de hacer un espectáculo bilingüe. De hecho, Shakira comenzó la porción musical del Super Bowl con la frase: «Hola, Miami».
«Que se vayan a México», escribió un usuario en Twitter. «Esto es el Super Bowl y estamos en Estados Unidos», recriminó.
Para aplacar estás discusiones, la propia NFL señaló que la selección de Shakira y JLo para el «show» del descanso forma parte de los esfuerzos de la organización para demostrar que sí están a favor de la diversidad cultural.
Todo esto después de los escándalos provocados por el movimiento iniciado por el jugador Colin Kaepernick en 2016, quien se arrodilló durante el himno nacional para protestar contra la injusticia racial, y que provocó la ira de Trump.
¡WOOOOW! ¡#JLO SE LUCIÓ EN EL HARD ROCK STADIUM!
Revive el show de la cantante, en el que #Shakira reapareció al final#SBxFOX #NFLxFOX pic.twitter.com/sypFuLSj83
— FOX Sports MX (@FOXSportsMX) February 3, 2020
APLAUSOS Y FELICITACIONES
Mientras, publicaciones como el diario The New York Time y la revista The Atlantic aplaudieron a las artistas por haber logrado «la titánica tarea» de representar la diversidad y pluriculturalidad de los latinos en el escenario.
Esos medios y otros resaltaron cómo en el segmento del final Emme Muñiz, la hija de López y su exesposo Marc Anthony, debutó como cantante ante una audiencia mundial cantando una versión acústica del éxito de su madre «Let’s Get Loud».
La niña de 11 años y otras pequeñas aparecieron en el escenario en un armazón de luz, que inicialmente parecían flores, hasta que un acercamiento de las cámaras permitió interpretar que escenificaban jaulas, que muchos consideraron una crítica a la política de inmigración del Gobierno de EE.UU., que incluye separación de familias en la frontera y la detención de niños.
Shakira la acompañó en la batería y luego con su voz, para que luego López apareciera con una capa de plumas que por fuera era la bandera estadounidense. Cuando la niña comenzó a cantar el coro de la canción de Bruce Springsteen «Born in the USA», JLo abrió su vestuario y se vio la bandera puertorriqueña.
Antes del show la misma Jennifer López había tuiteado: «No sé para dónde voy, pero sé de dónde vengo».
La imagen conmovió a muchos latinos, especialmente a los provenientes de ese Estado Libre Asociado de EE.UU., que aun no se recuperan de los efectos del huracán María de 2018 y que han sufrido más de 2.000 temblores en las últimas semanas, mientras siguen protestando contra la corrupción y urgiendo la ayuda de Washington.
«Qué bonita bandera. Latinos unidos representando», escribió Ricky Martin, otro astro puertorriqueño que ha comandado varias de las manifestaciones en la isla.
El resto de los artistas en el escenario, incluyendo más de un centenar de bailarines y los artistas urbanos J Balvin y Bad Bunny, mandaron mensajes de unión con sus movimientos, su ropa y hasta sus nacionalidades.
Shakira y López terminaron su concierto abrazadas y el público eufórico.
Celebridades, como Lady Gaga, Demi Lovato, las hermanas Kardashian Jenner, y otros aplaudieron a ambas estrellas por su talento artístico y su valentía política.
También lo hicieron artistas hispanos, aunque en las redes parte del público decidió enfrascarse en una pelea de quién lo hizo mejor.
Muchos lo rechazaron. Alejandro Sanz lo resumió de esta forma: «Qué absurda pérdida de tiempo crear comparaciones cuando la música está más allá de todo eso. Ayer fuimos testigos de cómo dos estrellas brillaban juntas de tal manera que se convirtieron en esa galaxia única e irrepetible».
«Fueron ese tipo de luz que no deslumbra, se convirtieron durante 14 minutos en luz de guía y ejemplo de lo que representa la música. Ambas, juntas, no rozan la perfección, la desbordan», zanjó.