‘Alfredito’ Gutiérrez tiene música para rato y aún a sus 71 años conserva la misma vitalidad que se siente en el ritmo de sus canciones, con las que se convirtió en «maestro» del vallenato, la cumbia y el porro. Siendo apenas un niño descubrió el acordeón y desde entonces nunca se separó de su instrumento. Fue aprendiz de Calixto Ochoa y se coronó tri-campeón en el Festival de la Leyenda Vallenata. Hizo parte de Los Corraleros de Majagual, y después continuó con una nutrida carrera musical con la que sigue dando clases desde los escenarios.
PUBLICIDAD
¿Qué podemos esperar de su presentación en el Festival Cumbia Dinamita?
Es una expectativa grande que tengo por brindarles mi repertorio de tantos años a un público colombiano y del mundo porque sé que mucha gente va a venir del exterior a verme, incluidos algunos amigos de México y Estados Unidos.
Si los cálculos no nos fallan, usted lleva 60 años haciendo música, ¿cómo ha logrado mantenerse enamorado del acordeón?
Yo no tengo más riqueza que la música. Por mis venas no corre sangre sino música, entonces el día que falte la música será el día de mi muerte. Yo vivo feliz con el vallenato, con la música de acordeón.
Su apodo ha sido siempre el de ‘El rebelde del acordeón’, ¿se identifica aún con este?
¡Claro! A través de mi acordeón yo defiendo lo colombiano, lo nuestro. Porque este es un país donde los extranjeros tienen prioridad porque están más avanzados. Nosotros somos juglares, y no estamos pendientes de si vamos a las emisoras, o a los canales de televisión, o a contratar con una agencia de publicidad. Nosotros no tenemos ni mánager, pues (risas).
PUBLICIDAD
Y eso de alguna forma también le ha permitido acercarse al pueblo, a donde llega tiene su respectiva fanaticada…
Gracias a Dios, mi riqueza consiste en eso. Desde el año 60 el público me sigue, y que a pesar de que la juventud escucha otra música en mis conciertos siempre hay gente joven, gente que conoce música folclórica.
En otras entrevistas usted ha usado el concepto del «vallenato tocado como es», ¿cuál es la manera correcta de tocarlo, en su opinión?
Habría que hacer una demostración didáctica para que la gente vea cómo una canción se puede tocar de diferentes formas, y que siendo vallenato no suena en ese momento como vallenato porque es una cadencia, es un sentimiento que se lleva en el alma. Para tocar vallenato hay que tenerlo en el corazón.
Usted que conoce bien ritmos como el porro y la cumbia, ¿cómo describe lo que realmente es la música colombiana?
Colombia es un país rico en música. El porro y la cumbia fue de lo primero que se conoció, y las películas mexicanas a blanco y negro lo demostraron con canciones como la cumbia sampuesana, la cumbia cienaguera o la pollera colorá. El vallenato vino después cuando lo introduje en Bogotá en los años 60 y 70 con los Corraleros de Majagual. Hubo una revolución entre la música sabanera y la vallenata.
¿Qué opina del vallenato que se hace hoy en día, por ejemplo la llamada ‘Tercera ola’ del vallenato?
No es vallenato. Es una música tocada en acordeón. Utilizan la palabra vallenato porque es el gancho, es una palabra comercial, pero lo que ellos expresan no es vallenato. Hay música nueva que es buena, pero no es vallenato. Hay algunos proyectos nuevos que no he podido escuchar porque no he tenido la dicha. Me gustan los que tienen en cuenta la cumbia, pero a muchos no he tenido oportunidad de escucharlos.
De todas esas anécdotas que le ha dejado la música en todos estos años de carrera, ¿cuál nos podría compartir?
Las anécdotas lindas se resumen en que yo me subo a los escenarios con los artistas de moda, que están sonando, y yo canto mis canciones clásicas como Anhelos, La cañaguatera, Festival en Guararé, Las dos mujeres, Esta noche es mía, El solitario… esas canciones la gente las canta. Jóvenes y viejos. Eso no sucede con la música de ahora porque los artistas graban un sencillo todos los meses. Nosotros pasábamos años sin grabar una canción porque no alcanzábamos a cantarlo todo en varios conciertos.
Y es que usted tiene al menos 500 canciones…
Como dice el vallenato: podría jurarlo.
¿Qué sorpresa nos trae en los años venideros, va a volver a grabar?
El año que viene, si tengo la suerte de conseguir un patrocinio ya que las disqueras de ahora no pagan el estudio ni el acompañamiento a los artistas, y si graba uno después hay que afiliarse a una agencia de publicidad. Eso cuesta millones de pesos, pero si consigo un patrocinio hacemos un trabajo bien vallenato, con cumbia y porro también.
¿Qué consejo le da a los jóvenes que quieren hacer música tradicional hoy en día, pero que se topan con los mismos obstáculos que usted ha encontrado y superado?
¡Que luchen! Que consigan patrocinios, porque da lástima ver gente que hace música de calidad pero se pierde en el anonimato. Persistir.
El Festival Cumbia Dinamita comienza este 26 de julio con presentaciones de La Sonora Mazurén y Chicha Libre.
MÁS NOTICIAS DEL ENTRETENIMIENTO, AQUÍ
También le puede interesar