Con una botella en la mano, una chaqueta roja y en su muscle car, Elvis Infante recorre una Ciudad de México posapocalípitica. ¿Para qué la botella? Es su herramienta de trabajo y el lugar, no muy secreto de por sí, para esconder a los demonios que va capturando.
Elvis Infante, interpretado por Horacio García Rojas, es el diablero, el protagonista de la nueva serie de Netflix, que se estrena hoy y que también cuenta con la participación de Christopher Von Uckermann, quien se puso la sotana del padre Ramiro Ventura.
PUBLIMETRO habló con ellos en un encuentro que tuvieron con los medios en la capital mexicana. El tema de conversación fue más allá de su participación en la producción –que marca un punto de partida para explorar aún más el género de terror en Latinoamérica– pues para ambos significa no solo un gran paso en su carrera, sino una apuesta por el talento mexicano alejado de ‘caras perfectas’.
Diablero está basada en el libro El diablo me obligó de Francisco G. Haghenbeck y mostrará el lado más kitsch de México, pero mezclado con la muerte en un mundo dividido entre buenos y malos, que habitan una ciudad antes abandonada por los ángeles.
“Digamos que son unos cazademonios normales (risas), pero algo que tiene Diablero, y que va a conectar con todo el mundo, es que todos los países tienen su folclor, su significado de la muerte. Y cuando se retrata ese folclor siempre es en forma de caricatura, pero esta vez vamos a mostrar ese realismo mágico”, dijo García Rojas.
Esta serie se aleja de mostrar a la Ciudad de México perfecta “porque Diablero es un proyecto muy mexicano, de raíz. Lo que vemos siempre es que muestran Polanco y esas áreas de México que ya conocemos o pretendemos conocer. En esta serie nos remitimos a Tepito, al centro, a lugares en donde tuvimos protección a la hora de grabar. Y esta cuestión del folclor es, de cierto modo, tenerle respeto a la muerte… muy a la mexicana”, aseguró Christopher Von Uckermann en medio de la conversación.
“Se viene lo mero bueno”
Muy a la mexicana se traduce en que el talento, de los pies a la cabeza de Diablero, es local. García, quien anda por estos días celebrando a Yalitza Aparicio, protagonista de Roma, aseguró que se siente muy contento “porque elegir un elenco que representa México, es valioso. Yo soy moreno y eso es increíble. Vamos más allá del cliché”.
Lo mismo celebró Uckermann, quien tiene en sus hombros un personaje poco convencional (aunque no lo crea). El padre Ramiro Ventura no solo luchará con el hábito, sino con sus propios demonios y eso lo convierte en el mejor compañero de Elvis Infante: “Somos un elenco variado, que es muy grato, porque no nos tienen estigmatizados en una sola cosa. Además, la apuesta de Netflix es muy buena porque es terror, ciencia ficción y comedia en su buena medida”, dijo.
El demonio habita en todos
“En este mundo hay dos tipos de fuerza: una buena y una mala”, y así no más, Elvis Infante quiere convencer a los diableros de su causa. Claro, mientras lucha con cuanto demonio se le atraviesa y los lleva a un circuito de lucha clandestina… pero eso mejor se lo dejamos a la serie y nos evitamos los spoilers.
“En Diablero hay una gran búsqueda, no es solo de cazademonios, sino una búsqueda de personas amadas que no se sabe si existen o no. Y ese es el parteaguas para meterse más profundo en el universo de los ángeles caídos. Diablero no tiene miedo a embarrarse de la cultura que está hecha. Diablero es alguien que está afuera, que tiene un trabajo normal y se dedica a cazar demonios. Es un tipo normal (risas)”, aseguró García Rojas.
Elvis y el padre Ramiro estarán acompañados, a lo largo de los ocho capítulos de la primera temporada, por personajes salidos del mismísimo infierno y por Gisselle Kuri, quien se metió en la piel de Nancy: el perfecto recipiente para atrapar demonios, además de la botella del diablero.